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Número 11, año 2021
Revista Catalana de Museologia

Marte. El espejo rojo

Génesis de una exposición

Fecha publicación: 17/11/2021


Relato

Fecha publicación: 17/11/2021

Relato

Abstract

¿Por qué Marte? Una exposición sobre Marte solo podía tener sentido si conectaba con los grandes dilemas de un presente-futuro que se ha vuelto radicalmente extraño para la especie humana sin olvidar la fascinación que el cuarto planeta del sistema solar ha ejercido a través de los siglos.

En este artículo se resume el proceso de trabajo y las vicisitudes de una exposición a la que afectó de lleno la pandemia de la Covid-19. La exposición Marte. El espejo rojo ha sido un proyecto complejo, y ha acabado siendo una de las muestras más visitadas del CCCB.

“La imaginación frecuentemente nos llevará a mundos que jamás fueron. Pero sin ella, no iremos a ningún lado.”

Carl Sagan

¿Por qué Marte?

Esa fue la primera pregunta que debía responderme en el inicio del proyecto en febrero de 2019. El desafío que me había propuesto Judit Carrera, directora del CCCB, era evidente: una exposición sobre Marte solo podía tener sentido si conectaba con los grandes dilemas de un presente-futuro que se ha vuelto radicalmente extraño para la especie humana sin olvidar la fascinación que el cuarto planeta del sistema solar ha ejercido a través de los siglos.

El periodo de gestación duró unos nueve meses, en los cuales se fueron sedimentando la estructura y los primeros contenidos de la matriz. El título fue la brújula inicial y surgió con relativa facilidad. La metáfora del espejo resultaba idónea para intentar una historia cultural del planeta rojo, desde la Antigüedad hasta nuestros días. Marte permitía un abordaje abierto y multidisciplinario de un objeto (o hiperobjeto) que es al mismo tiempo dios, planeta y símbolo del proceso civilizatorio y de los estratos de la consciencia que definen nuestros modos de entender y habitar el mundo. Lo cual sugería un gran relato(1) que no fuera unívoco y pudiera vertebrar los múltiples relatos que se entrelazan cuando concebimos a Marte como un espejo de nuestra propia esencia.

Admitir que la historia humana no puede entenderse sin incorporar la historia del universo fue una primera certeza vinculada al problema de la escalas temporales y espaciales en las que estamos inmersos con una conciencia solo parcial de sus verdaderas implicaciones. El actual consenso de la cosmología moderna nos sitúa en un universo en expansión nacido con el Big Bang hace 13.800 millones de años, y el hecho de habernos convertido en una fuerza geológica capaz de alterar drásticamente la biosfera durante los próximos siglos, nos enfrenta a otra escala espacio-temporal difícil de asimilar. Ese doble seísmo cognitivo es el marco conceptual que ampara los relatos que descubrimos en el espejo marciano y que permite repensarnos desde el comienzo de la agricultura hasta las crisis interconectadas que plantea el Antropoceno.

Marte entonces como dios de la guerra, pero también como deidad telúrica asociada a la protección de los cultivos, en un arco temporal que va de Mesopotamia a Roma, pasando por Egipto y Grecia. Marte en los orígenes del mito, la plegaria y la magia y en el cosmos geocéntrico de Claudio Ptolomeo que define nuestra cosmovisión durante catorce siglos; Marte como planeta decisivo en el advenimiento del giro copernicano, y desde finales del siglo XIX y comienzos del XX, convertido en un “sol rojo” alrededor del cual orbitan todas las tendencias de la época. Marte como planeta favorito de la ciencia-ficción, de La guerra de los mundos de H. G. Wells a la trilogía de Kim Stanley Robinson. Marte como espejo de nuestra situación actual en un momento en que el desierto avanza y los bosques retroceden, con un planeta diezmado al borde de la sexta extinción. Y finalmente, Marte como posible o imposible plan B para una humanidad que continúa inmersa en patologías psíquicas, económicas y bélicas y al mismo tiempo sueña con los primeros asentamientos en el planeta rojo y en la colonización del sistema solar, mientras la nueva economía espacial se postula como motor de la quinta revolución industrial.

Una matriz integral

Convertir estas ideas en una experiencia estética no fue una tarea sencilla.

Cada uno de los lenguajes que integran el género exposición requiere en principio un tratamiento igualitario. Lo cual implica elaborar un guion que los contemple a todos en un proceso creativo que siempre reserva giros inesperados. Las operaciones comienzan en uno de los espacios más intangibles del laboratorio mental. Ese lugar(2) —o no lugar— donde la exposición empieza a ser imaginada: desde la luz y el sonido que crean las atmosferas deseables, a través de las imágenes que vertebrarán el discurso audiovisual, en el arduo ejercicio de los textos imprescindibles para articular la visita hasta llegar al núcleo duro constituido por el propio material expositivo y el desafío de plasmar un diseño espacial que contenga todos los lenguajes, los armonice y los sostenga.

El tránsito entre la exposición imaginada y la exposición definitiva es intenso y complejo. El proceso creativo requiere que las decisiones estéticas estén al servicio de una puesta en escena que persigue la proverbial captación de la benevolencia del público o, dicho de otro modo, la suspensión de la incredulidad. De ahí la premisa de una ascesis que, idealmente, nace de la emoción y el asombro, los componentes inalterables de todo conocimiento. Una exposición “cerebralista” nunca es suficiente. En ese sentido, puede decirse que la metodología de trabajo de Marte. El espejo rojo comienza por definir los lenguajes más inmateriales como la iluminación y el sonido guionizando un relato audiovisual que se desarrolla siguiendo los hitos semánticos del itinerario. Mientras estos lenguajes dialogan, en la cocina de la escritura tiene lugar la búsqueda del tono adecuado para los diferentes niveles de lectura. La asepsia de un estilo enciclopedista no parecía apropiada para el tratamiento de los textos que presentan los tres grandes ámbitos del proyecto (“Marte en el Cosmos Antiguo”, “Ciencia y ficción del planeta rojo” y “Marte en el Antropoceno”); ni tampoco para los textos que sintetizan cada subámbito, modulo o sector. Era necesario encontrar un estilo específico que permitiera un relato en zona templada, donde los idiolectos y jergas de los expertos ceden frente al siempre difícil encanto de una escritura guiada por la imaginación literaria. Sin embargo, la distancia entre lo deseable y lo posible nunca es exigua, y las reescrituras se imponen como peaje inevitable. A medida que el proceso creativo avanza, los lenguajes comienzan a integrarse y siempre hay buenas nuevas para alimentar ese espacio sensible donde la exposición imaginada comienza a parecerse a la exposición acabada. Es un camino de avances y retrocesos, de bloqueos exasperantes y soluciones que no convencen. Y, no obstante, nunca defrauda la confianza que depositamos en el trabajo perseverante más allá de toda resistencia. Llega entonces la alegría de los “eurekas” que encontramos o nos encuentran, y las sorpresas que el espejo rojo nos tenía reservadas. Entre ellas, una matriz lo suficientemente pródiga como para permitir analogías y bifurcaciones apasionantes. Es esa matriz creada con “materia indecisa”(3) la que permitió asumir las múltiples operaciones implícitas en un proyecto de esta naturaleza.

La pandemia como terra incognita

Cuando todo estaba preparado para que los diferentes equipos de trabajo comenzaran a plasmar la exposición tal como había sido concebida, irrumpió la pandemia. Esto supuso un reto mayúsculo que no afectó sustancialmente al marco conceptual de la muestra, pero sí a las condiciones de trabajo en que tuvo que desarrollarse y a la gestión de los objetos, libros y manuscritos previstos.(4) Es decir, una situación desconocida para un proyecto que también intentaba explorar una terra incognita: como si el espejo rojo sirviese para aproximarnos a las raíces de nuestro desconcierto siguiendo los estadios que una arqueología de la consciencia nos revela desde que los primeros astrólogos y astrónomos observaron una “estrella roja” como enigmática excepción de la bóveda celeste.

Y así fue desplegándose una metamorfosis inspirada por Ovidio, pero también presente en Ray Bradbury cuando recrea el mito de Proteo, imaginando a los marcianos como criaturas que cambian de forma, sin revelar nunca su verdadera identidad. El prólogo requería un “fantasma” tridimensional que expresara todos los rostros y las transfiguraciones que proyectamos en Marte: desde la figura de Nergal, en el panteón babilónico, hasta la imagen amplificada de un extremófilo. Además, era necesario sugerir que la visita a la exposición tendría múltiples voces y lecturas. De ahí la primera persona utilizada para dar la palabra a un meteorito marciano que iniciaría y culminaría el itinerario. Y luego la intención de situar al público en un pasado remoto(5) que puede convertirse en futuro profundo y en un presente inabarcable, con ayuda de la ciencia y la ficción en todas sus especulaciones sobre el tiempo y la consciencia.

      Ya estamos en Marte, porque Marte siempre estuvo aquí.

 

La formalización general de la exposición fue evolucionando mediante numerosas pruebas y correcciones, sin olvidar el mapa original que a veces coincide con el territorio. Es difícil precisar todas las fases de la “travesía”, pero vista en perspectiva podría decirse que llegó a buen puerto con una inauguración no premeditada(6) que coincidió con la llegada de las misiones americana, china y árabe al planeta rojo. Esto supuso un interés mediático añadido y la creación de un ambiente favorable para la buena recepción del proyecto. Pese al tiempo transcurrido (y a las dudas que persistían hasta último momento) no deja de sorprenderme la notable respuesta del público. El tópico que nos recuerda que la auténtica satisfacción está en el proceso creativo, y en todo el aprendizaje que supone, es una verdad que se completa con la felicidad que provoca la aceptación y el goce de personas de casi todas las edades. Todo esto para constatar que la estética de la recepción continúa mutando como también seguirán mutando las funciones de curador o comisario en los próximos años.

Una obra coral

Concebir, formalizar y producir exposiciones como Marte. El espejo rojo es finalmente un arte coral de alta complejidad. Este proyecto no hubiese sido posible sin el admirable trabajo de Miquel Nogués, Montse Novellón, Mònica Ibáñez, Susana Garcia, Josep Querol, Neus Moyano y Alex Papalini del Departamento de Exposiciones del CCCB, dirigido por Jordi Costa; sin la solvencia de Mario Corea y la unidad de producción; sin el talento de Marta Llinàs, Cesc Solà y Sebas Bonet, en el diseño arquitectónico y gráfico de la exposición, la inspiración de Nico Roig en la banda sonora y la creatividad del equipo de realizadores audiovisuales del CCCB, integrado por Juan Carlos Rodríguez, José Antonio Soria y Toni Curcó. Todos ellos asumieron el desafío de crear un artefacto expositivo singular en medio de condiciones excepcionales. Fueron los tripulantes de un viaje que también contó con la experiencia de Diego Bravo en el tratamiento de imágenes 3D, la maestría de Meritxell Campos en las ilustraciones científicas, el ingenio de Álex Posada y Alberto Granda en el interactivo sobre una topografía imaginaria de Marte, la generosidad de Joan Fontcuberta en sus intervenciones para el tercer ámbito y el trabajo consecuente con redes neuronales de aprendizaje profundo de Taller Estampa, en la instalación sobre especies marcianas. Pero la gratitud también se extiende a todos los departamentos del CCCB que participaron con especial entusiasmo en la producción, difusión y amplificación del proyecto. Y a los asesores científicos y los aliados institucionales que creyeron desde el primer momento en la potencia de irradiación que prometía una exposición sobre Marte.

Mientras escribo estas líneas la pandemia va por su quinta ola, los incendios están devastando los bosques mediterráneos y el IPCC(7) ha publicado un informe demoledor sobre la magnitud de la herida que estamos infligiendo al planeta Tierra o a Gaia, si admitimos su condición de entidad viva autorregulada. No hay demasiados motivos para el optimismo, pero es evidente que el pesimismo, el cinismo y el nihilismo son lujos que no podemos permitirnos. Si algo nos confirma la creación de proyectos culturales complejos es el imperativo categórico de no claudicar, y poder constatar los pequeños logros que tienen lugar cuando nos focalizamos en la necesidad de cambiar nuestras maneras de hacer mundos; cuando atisbamos el nacimiento de una consciencia integral, los dones de una mente participativa, los tesoros de una imaginación activa; una nueva manera de habitar este planeta y de pensar en todas las inteligencias no humanas (vegetales y animales) de las cuales depende el futuro de la vida en la Tierra y el legado que dejaremos a las próximas generaciones. No hay planeta B, aunque viajemos a Marte en un futuro cercano. Preservar nuestro único hogar conocido es una tarea ingente que también afecta al devenir de la creatividad cultural en el siglo XXI. La cita de Kim Stanley Robinson situada al final de la exposición es una posible síntesis de nuestra situación: “Luchamos otra vez en la matriz de un mundo nuevo, esta vez en verdad alienígena”.

 

Juan Insua, agosto del 2021

Notas


(1)

La noción de Gran Historia o Gran Relato puede encontrarse en obras recientes como La Gran Historia de Todo de David Christian (Crítica, Barcelona, 2019), pero es un enfoque ya presente en Outline of History, publicada por H. G. Wells en 1919-1920 y también en la Escuela de los Annales, fundada por Lucien Febvre y Marc Bloch en 1929. Una visión interdisciplinaria que discute los preceptos de la historiografía clásica creando vasos comunicantes entre las ciencias humanas y las ciencias del mundo. Una Gran Historia que no niega su condición de Gran Relato, con todas las dudas, omisiones y controversias que eso supone.

(1)

La noción de Gran Historia o Gran Relato puede encontrarse en obras recientes como La Gran Historia de Todo de David Christian (Crítica, Barcelona, 2019), pero es un enfoque ya presente en Outline of History, publicada por H. G. Wells en 1919-1920 y también en la Escuela de los Annales, fundada por Lucien Febvre y Marc Bloch en 1929. Una visión interdisciplinaria que discute los preceptos de la historiografía clásica creando vasos comunicantes entre las ciencias humanas y las ciencias del mundo. Una Gran Historia que no niega su condición de Gran Relato, con todas las dudas, omisiones y controversias que eso supone.

(2)

Caben diferentes especulaciones sobre este “lugar”. En principio, conviene advertir que es un enfoque opuesto al “cubo blanco” de Kandinsky. Podría definirse como espacio latente o caja negra, donde serían posibles todas las operaciones de la imaginación, incluidos los destellos de la memoria fotográfica o eidética. Alimentar y preservar este espacio en todo el proceso creativo no evita lidiar con los condicionantes y las constricciones matéricas de una sala de exposiciones, pero permite descubrir caminos poco transitados. A veces, lo que parece imposible solo tarda un poco más de tiempo.

(2)

Caben diferentes especulaciones sobre este “lugar”. En principio, conviene advertir que es un enfoque opuesto al “cubo blanco” de Kandinsky. Podría definirse como espacio latente o caja negra, donde serían posibles todas las operaciones de la imaginación, incluidos los destellos de la memoria fotográfica o eidética. Alimentar y preservar este espacio en todo el proceso creativo no evita lidiar con los condicionantes y las constricciones matéricas de una sala de exposiciones, pero permite descubrir caminos poco transitados. A veces, lo que parece imposible solo tarda un poco más de tiempo.

(3)

El concepto proviene de un ensayo de Jorge Luis Borges donde alude a la “materia indecisa” que conforma los suburbios de una ciudad, pero también puede ser apropiado para insistir en la plasticidad de ese espacio latente donde surgen y se transfiguran las ideas e imágenes que definen el proceso de formalización del proyecto, influyendo también en la creación del catálogo, la página web y la audioguía.

(3)

El concepto proviene de un ensayo de Jorge Luis Borges donde alude a la “materia indecisa” que conforma los suburbios de una ciudad, pero también puede ser apropiado para insistir en la plasticidad de ese espacio latente donde surgen y se transfiguran las ideas e imágenes que definen el proceso de formalización del proyecto, influyendo también en la creación del catálogo, la página web y la audioguía.

(4)

El intenso trabajo realizado con la generosa colaboración de museos e instituciones locales permitió que los contenidos previstos para el primer ámbito expositivo (“Marte en el Cosmos Antiguo”) no se vieran afectados en exceso. Basta recordar como ejemplos las estatuillas del Mars Balearicus proveniente del Museo Arqueológico de Cataluña y de los fondos del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera, las esferas armilares del Museo Marítimo o los tesoros bibliográficos de CRAI Biblioteca de Reserva (Universidad de Barcelona) y de la Biblioteca Nacional de España.

(4)

El intenso trabajo realizado con la generosa colaboración de museos e instituciones locales permitió que los contenidos previstos para el primer ámbito expositivo (“Marte en el Cosmos Antiguo”) no se vieran afectados en exceso. Basta recordar como ejemplos las estatuillas del Mars Balearicus proveniente del Museo Arqueológico de Cataluña y de los fondos del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera, las esferas armilares del Museo Marítimo o los tesoros bibliográficos de CRAI Biblioteca de Reserva (Universidad de Barcelona) y de la Biblioteca Nacional de España.

(5)

“Seguimos inmersos en nuestro pasado más lejano. (…) Enloquecidos, asistimos a una ceremonia antigua cuyos fastos celebraban las constelaciones tranquilas y las fuerzas naturales que se desencadenan y aniquilan; habíamos zarpado hacia una era olvidada de nuestra prehistoria, en el otro sentido del espacio y el tiempo. Acción hacia lo alto y el futuro, idéntica reacción hacia atrás, conmoción en las fundaciones.” Esta cita de Michel Serres estaba situada al comienzo del primer ámbito junto a una pantalla donde el público accedía en tiempo real al día marciano medido en Soles, y a las condiciones meteorológicas del planeta rojo. La actualización cotidiana se completaba con otros datos básicos como el tamaño de Marte, su distancia respecto al sol y a la Tierra, sus lunas, su menor fuerza de gravedad, la composición de su atmosfera, etcétera.

(5)

“Seguimos inmersos en nuestro pasado más lejano. (…) Enloquecidos, asistimos a una ceremonia antigua cuyos fastos celebraban las constelaciones tranquilas y las fuerzas naturales que se desencadenan y aniquilan; habíamos zarpado hacia una era olvidada de nuestra prehistoria, en el otro sentido del espacio y el tiempo. Acción hacia lo alto y el futuro, idéntica reacción hacia atrás, conmoción en las fundaciones.” Esta cita de Michel Serres estaba situada al comienzo del primer ámbito junto a una pantalla donde el público accedía en tiempo real al día marciano medido en Soles, y a las condiciones meteorológicas del planeta rojo. La actualización cotidiana se completaba con otros datos básicos como el tamaño de Marte, su distancia respecto al sol y a la Tierra, sus lunas, su menor fuerza de gravedad, la composición de su atmosfera, etcétera.

(6)

La pandemia obligó a un cambio de calendario en las exposiciones del CCCB previstas para 2020. Marte. El espejo rojo debía inaugurarse a finales de noviembre, pero fue postergada hasta febrero de 2021 coincidiendo con la llegada del Perseverance al cráter Jezero, retransmitida en directo desde el Hall del CCCB, pocos días antes de inaugurar la exposición.

(6)

La pandemia obligó a un cambio de calendario en las exposiciones del CCCB previstas para 2020. Marte. El espejo rojo debía inaugurarse a finales de noviembre, pero fue postergada hasta febrero de 2021 coincidiendo con la llegada del Perseverance al cráter Jezero, retransmitida en directo desde el Hall del CCCB, pocos días antes de inaugurar la exposición.

(7)

Para conocer con más detalles el informe del 9 de agosto de 2021 y los informes emitidos con anterioridad puede consultarse el siguiente enlace: https://www.ipcc.ch/.

(7)

Para conocer con más detalles el informe del 9 de agosto de 2021 y los informes emitidos con anterioridad puede consultarse el siguiente enlace: https://www.ipcc.ch/.

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