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Número 10, año 2020
Revista Catalana de Museologia

El mapping de Sant Climent de Taüll

Nueva luz para la museografía, un revulsivo para el Valle de Boí

Fecha publicación: 20/05/2020


Relato

Fecha publicación: 20/05/2020

Relato

Abstract

El artículo describe los antecedentes, el proceso de creación y el impacto del mapping de Sant Climent de Taüll, que pone en valor la pintura mural conservada in situ, reproduce las pinturas conservadas en el MNAC y restituye la pintura original del siglo XII.

El románico del Valle de Boí, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en el año 2000, la iglesia de Sant Climent en particular, y la pintura mural del ábside, específicamente, es uno de los iconos del arte medieval europeo, y una carta de presentación de Cataluña al mundo.

La dimensión simbólica del monumento —por el rol que el arte románico tuvo en la construcción del imaginario colectivo a principios del siglo XX— añadía riesgo a la decisión de sustituir una copia en yeso de la pintura mural por una museografía virtual, mediante un mapping. El impacto que tuvo en el público y los premios internacionales que obtuvo invitan a poner en valor el ecosistema de innovación y de creativos de Realidad Aumentada en Cataluña, valorar el mapping como estrategia museográfica, y plantear algunas consideraciones en relación con el consorcio que gestiona el románico en el Valle de Boí.

Introducción

En el año 2020 se cumple el centenario de la extracción de la pintura mural de Sant Climent de Taüll que llevó a cabo el taller Steffanon,(1) por encargo de la Junta de Museos, para evitar —con el traslado en Barcelona— su venta. Hacía casi diez años, entonces, de la publicación en fascículos de Les pintures murals catalanes, dirigida por Josep Pijoan, una obra seminal que puso en contexto europeo el arte románico catalán. También había pasado poco más de una década desde la misión arqueológico-jurídica impulsada por el Institut d’Estudis Catalans en 1908, bajo la dirección de Josep Puig i Cadafalch.

La pintura mural de Sant Climent sufrió muchas vicisitudes en el siglo XX, con múltiples traslados y adaptaciones museográficas: de Taüll a Barcelona, del Palacio de la Ciudadela al Palacio Nacional, del viaje a Olot y a París al regreso a Barcelona. Este artículo focaliza la atención, sin embargo, en las intervenciones efectuadas en Sant Climent de Taüll y en el Valle de Boí en el siglo XXI, y se centra en la sustitución de una réplica en yeso de la pintura mural del ábside central para una proyección de luz y sonido, el mapping, una decisión que ha tenido incidencia en la mejora de la experiencia del visitante, que ha impactado notablemente en el número de visitas y en la generación de recursos propios, ha favorecido la gestión financiera del consorcio y ha significado también una aportación a la museografía, como se intenta argumentar.

La gestión del románico en la Alta Ribagorça en el siglo XXI se inicia con un hito crucial: la declaración del conjunto de iglesias del Valle de Boí como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 30 de noviembre del año 2000. El impulso de la declaración aceleró la creación del Centro del Románico y la de un consorcio para la gestión del románico del valle, y permitió a los agentes públicos formular objetivos ambiciosos, para el futuro del conjunto monumental. Poco después del décimo aniversario de la declaración de la Unesco, sin embargo, en un contexto de crisis financiera internacional, un expediente de regulación de empleo (ERE) en la plantilla del Consorcio hizo reducir notablemente las iglesias que se podían visitar, así como los horarios de apertura, en unos de los BCIN más conocidos de Cataluña. La crisis del Consorcio coincidió también con un ERE masivo en la estación de esquí de Boí-Taüll, así como con la necesidad de renovar la copia en la pintura mural del ábside, deteriorada tras estar expuesta cincuenta años. Fue entonces cuando la Dirección General del Patrimonio Cultural, después de un proceso de investigación sobre el conjunto pictórico de Sant Climent, tomó la decisión de sustituir una museografía material para otra virtual, mediante el mapping.

El artículo presenta los antecedentes, el contexto y el proceso de creación del mapping, los agentes que intervinieron, valora el impacto a partir de la evolución de visitantes, entre otros factores, hace alguna reflexión sobre el mapping como estrategia museográfica y plantea, finalmente, algún reto de gestión del Consorcio. Además de las fuentes secundarias, se han recopilado datos de inversión de la Dirección General del Patrimonio Cultural en el Valle de Boí y se ha entrevistado a diferentes profesionales que participaron en el proyecto. El autor quiere explicitar su agradecimiento a Elena Belart, Sònia Bruguera, Cristina Castellà, Eloy Maduell y Albert Sierra por sus aportaciones.

Sant Climent de Taüll, emblema de Cataluña

El arte románico, en Cataluña, ha tenido un rol importante en la construcción de un imaginario colectivo y del sentido de pertenencia, en una lectura historiográfica que arranca en la Renaixença y encuentra la plenitud en el Noucentisme. La ideología hegemónica de la Cataluña de principios del siglo XX influyó notablemente en una determinada concepción del patrimonio cultural, de su función social y en la visión de la Cataluña rural como depósito de las esencias y los valores en los que poder fundamentar la Cataluña moderna que se estaba construyendo. En este contexto histórico tuvo una influencia decisiva Josep Puig i Cadafalch, que, como afirma Riu-Barrera (2013) es "quien hace la lectura desde el evolucionismo y el tardopositivismo de la excepcionalidad de las basílicas del Valle de Boí. Su visión y lectura llegará hasta ahora".

La puesta en valor y las intervenciones en el románico del Valle de Boí en el primer tercio del siglo XX tendrán una influencia capital, y nutrirán actuaciones cuarenta años más tarde, como la reproducción en 1908 de Joan Vallhonrat, que servirá de modelo para la elaboración del modelo en yeso de Ramon Millet en 1955, y que ha sido expuesta medio siglo en Sant Climent. En definitiva, el Cristo majestad que preside la pintura mural del ábside central de Sant Climent de Taüll se ha convertido, como afirman Íbar, Riu-Barrera, Tarrida (2014), en "el icono de referencia del arte medieval catalán y pieza cumbre de toda la pintura románica". El Cristo majestad encarna, en palabras de Guardia (2013), una cierta "visión poética de Cataluña" y es una carta de presentación de Cataluña en el mundo, una imagen siempre protagonista en catálogos, folletos y material promocional de turismo cultural.

Con la recuperación democrática, las prioridades de la política cultural de la Generalitat estuvieron centradas en la formación de grandes infraestructuras culturales, en Barcelona y en la región metropolitana, con la creación del Museo Nacional de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, la remodelación del Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Archivo Nacional de Cataluña o el Teatro Nacional de Cataluña, como se explicita en los objetivos de las Memorias del Departamento de Cultura y de su análisis (Font, Martínez, 2009, p. 43). Los proyectos de actualización de inventarios patrimoniales y su digitalización, así como los programas de restauración, se potenciaron, pero es bastante significativo que en las jornadas “Sant Climent de Taüll, un debate necesario" celebradas en el MNAC en 2013 se afirmara, IRCVM (2013), en la sesión de presentación: "Hace cien años que se descubrió Taüll y el monumento nunca había permitido una reunión como esta". Aunque a finales del siglo XX se habían acometido inversiones cuantiosas para la consolidación y restauración del conjunto arquitectónico, su dimensión simbólica no iba bastante en consonancia ni con la gestión ni con la capacidad comunicativa. De hecho, el románico del Valle de Boí, como conjunto(2), fue catalogado como BCIN ocho años antes, solamente, de su declaración como Patrimonio de la Humanidad.

Una entrada triunfal en el siglo XXI

El 30 de noviembre de 2000 la Unesco distingue como Patrimonio Mundial el conjunto de iglesias románicas del Valle de Boí. El dossier de la candidatura se había impulsado desde la Diputación de Lleida, el Departamento de Cultura y el Ayuntamiento de la Vall de Boí, y fue elaborado por Maria Carme Polo.

El expediente de declaración(3) de la Unesco destaca el valor de conjunto de las nueve iglesias, su consistencia y su estado de conservación excepcional. Caracteriza al Valle de Boí como "la concentración de iglesias románicas rurales más importante de Europa". La Unesco también explicita que estas iglesias y poblaciones son la expresión de unas formas de vida medieval de gran importancia, en el reconocimiento de la identidad cultural catalana, así como que el arte románico de estos núcleos pirenaicos tuvo un rol vital en el movimiento de restauración de la identidad y nacionalidad catalanas a inicios del siglo XX.

Con motivo de la declaración, las imágenes de Sant Climent protagonizaron las portadas de los diarios y encabezaron los informativos de la televisión, a inicios de diciembre. El impacto fue inmediato: las 43.870 visitas del 2000 se incrementaron un 50% en 2001 y llegaron a 70.176 en 2002.

El Consorcio y el Centro del Románico, nueva persona jurídica y nuevo equipamiento

Uno de los compromisos de la candidatura presentada a la Unesco era la creación de un centro de visitantes y de un consorcio para la gestión del conjunto monumental. Con el impulso de la proclamación, en 2003 se logró crear tanto el Consorcio Patrimonio Mundial del Valle de Boí como el Centro del Románico del Valle de Boí.

El Consorcio está integrado por la Generalitat de Catalunya, la Diputación de Lleida, el Consejo Comarcal de la Alta Ribagorça y el Ayuntamiento de Vall de Boí, como "personas consorciadas con aportaciones ordinarias" y el Obispado de Urgell y el Obispado de Lleida como "otras entidades consorciadas" tal como se especifica en los estatutos(4) del Consorcio.

La finalidad y el objeto del Consorcio incluyen, además de la gestión integral de las iglesias, "la promoción, la restauración, la mejora y la conservación del patrimonio cultural del Valle de Boí", y la "difusión de las costumbres y formas tradicionales de vida" y "actuaciones de protección del entorno natural y del paisaje" (artículos 1 y 4 de los estatutos).

La Comisión de Gobierno es el órgano ejecutivo del Consorcio, en el que la Generalitat tiene seis representantes, dos la Diputación de Lleida y uno el Ayuntamiento, el Consejo Comarcal y cada uno de los obispados. La aprobación del presupuesto requiere el voto favorable de los dos tercios. Los estatutos vigentes, aprobados el 2 de diciembre de 2016, especifican, en relación con la financiación, que "En la medida en que no sean cubiertas por los ingresos propios [...] las entidades asumen las aportaciones necesarias para hacer frente al funcionamiento ordinario del Consorcio en la proporción siguiente: 60% la Generalitat, 25% la Diputación de Lleida, 10% el Ayuntamiento de Boí y 5% el Consejo Comarcal de la Alta Ribagorça" (artículo 13, punto 2 de los estatutos). Los estatutos anteriores, aprobados en 2014, no contemplaban el escenario de no poder cubrir con ingresos propios las aportaciones necesarias ni especificaban una aportación económica mínima por parte de ninguna de las administraciones consorciadas, un apartado que quedaba impreciso, en relación con otros consorcios.

Otro aspecto que destacar es la figura de Gerencia, que se desarrolla en el artículo 10 de los estatutos. La persona que asume la Gerencia es la "persona responsable de la gestión y administración del Consorcio", y entre sus funciones está la dirección orgánica y funcional del personal del Consorcio, y la gestión económica ordinaria.

El Centro del Románico del Valle de Boí, emplazado en Erill la Vall, es un equipamiento que actúa como puerta de entrada al románico del Valle. Una exposición permanente aporta las claves para entender las iglesias románicas como conjunto, describe la sociedad medieval en el Pirineo, detalla las técnicas para la construcción de las iglesias, introduce la iconografía y su interpretación y muestra, también, cuál era el aspecto de estas iglesias a inicios del siglo XX. El espacio ofrece los servicios de información, visitas en grupo y personalizadas, una tienda con publicaciones especializadas en románico y patrimonio cultural o artículos de regalo. Como se detalla en la página web, el Centro ofrece un repertorio amplio de posibilidades de visita, con precios diferenciados: visita individual a Sant Climent, visita individual a otras iglesias, una entrada combinada de tres iglesias y, incluso, una combinada entre el Valle de Boí y el MNAC. También promueve actividades de forma conjunta con los tres activos principales de ocio de la comarca: el Parque Nacional, el termalismo de Caldes de Boí y Boí Taüll Resort. El Centro del Románico es, también, la sede y las oficinas del Consorcio.

Los años de impulso y consolidación

Como se ha adelantado anteriormente, con la declaración de la Unesco el número de visitas al conjunto de iglesias del Valle cambió de umbral; y lo hizo de forma sostenida en el tiempo, como se puede comprobar con la evolución de visitas a Sant Climent de Taüll, el equipamiento con la secuencia de datos homogéneos más larga, por tener la entrada regulada mediante entrada de pago(5) y por la continuidad de apertura al público. En el intervalo 2001-2010, la media de visitas/año es de más de 63.000. Teniendo en cuenta que en 2000 había tenido 43.870, puede afirmarse que la declaración contribuyó a mantener un 40% más de visitas durante una década.

El balance que hacía Joan Perelada —alcalde de Valle de Boí durante cinco legislaturas— en el año 2007, con motivo del séptimo aniversario de la declaración, sirve de extracto de aquella etapa (ACN, 2007). Perelada destacaba que el Consorcio gestionaba un presupuesto anual de unos 600.000 euros, que se habían invertido 3.000.000 euros en restauración de iglesias en aquellos siete años, que se había conseguido tanto la apertura durante todo el año de las iglesias,(6) como la consolidación de un equipo de doce personas contratadas a tiempo completo como personal del Consorcio. El alcalde afirmaba que el número total de visitas, que en aquel año había sido de 148.000, se mantenía al alza. También anunciaba retos, como la iluminación de alguna iglesia y su accesibilidad, proyectos aún pendientes en 2007.

En el año 2008 se lleva a cabo un estudio de público llevado a cabo por Alcalde, Castellà y Rojas (2010) y dirigido por Gabriel Alcalde, del Instituto Catalán de Investigación en Patrimonio Cultural (ICRPC). La investigación fue encargada por el Instituto para el Desarrollo y la Promoción del Alto Pirineo y Aran (IDAPA), con la colaboración de la Red de Museos y Equipamientos Patrimoniales del Alto Pirineo y Aran, en aquellos años activa. El trabajo de campo incluyó encuestas en las iglesias abiertas al público, en la Oficina de Turismo del Valle y el Centro del Románico, que permitieron una caracterización de los visitantes(7), mediante los resultados de las variables de procedencia, duración de la estancia, el alojamiento, la estacionalidad, la composición y la edad de los visitantes, entre otros. La composición turística descrita no ha cambiado mucho, diez años después, comparada con los resultados procedentes del Parque Nacional y de la Oficina de Turismo.

En ese estudio, destacaba que el 82% de las visitas a Sant Climent eran de público individual, que registraba puntas de casi setecientos visitantes/día en verano o en Semana Santa. Entre los puntos fuertes, se resaltaba los amplios horarios y los días de apertura de las iglesias a lo largo del año, así como la dotación de personal especializado para la acogida, la apertura de las iglesias y las visitas guiadas. En el apartado de conclusiones se caracterizaba el Valle de Boí como un destino de turismo maduro, vinculado al patrimonio cultural y natural. Una característica que sobresalía era la percepción de la población local(8), muy identificada con el Centro del Románico. Los habitantes del Valle asociaban el Centro con el desarrollo territorial de la comarca y declaraban, además, participar mayoritariamente en las actividades organizadas por el Centro, porque se sentían involucrados en él. El conjunto monumental ostentaba unos atributos, como la marca Patrimonio de la Humanidad, que, con la fuerza que estaba adquiriendo el turismo rural y de interior en 2008, y la identificación de los habitantes del Valle con el proyecto, permitían clasificar el destino como un "recurso excepcional" en términos de desarrollo.

A partir del año 2000, como se ha presentado, siguieron diez años de impulso, de consolidación y de proyección internacional del románico del Valle de Boí, con la creación del Consorcio y del Centro del Románico, con un incremento notable de visitas y con un equipo técnico de trabajo estable. El buen posicionamiento del destino era compartido, tanto en aportaciones académicas (ICRPC) como en las declaraciones de los responsables políticos, que anunciaban objetivos ambiciosos para el románico del Valle.

El programa Románico Abierto, ejemplo de partenariado público-privado

Mientras el Consorcio del Valle de Boí planteaba retos de crecimiento en infraestructuras, financiación y públicos, en septiembre de 2007 había estallado en Estados Unidos la crisis de las hipotecas subprime, que se iría extendiendo y transformándose en una crisis financiera mundial. La crisis, sin embargo, no repercutió con fuerza en el sector público de Cataluña hasta el año 2011, momento en el que impactó de forma aguda y profunda, como más adelante se precisa.

A principios del año 2009 el Departamento de Cultura y la Obra Social de La Caixa firmaron un convenio para desarrollar un programa de conservación y difusión del patrimonio románico de Cataluña, denominado Románico Abierto,(9) con el fin de proteger, conservar y difundir el patrimonio cultural catalán. El convenio se ratificó —con la firma de convenios específicos— aquel octubre con cada uno de los titulares de los bienes patrimoniales y con las entidades gestoras de los inmuebles, que eran las destinatarias de las subvenciones. El programa, de seis años de duración, tenía un presupuesto de 15.146.000 euros.

La Dirección General del Patrimonio Cultural era quien proponía y era responsable de la buena ejecución de cada uno de los proyectos y actuaciones y, con su experiencia en patrimonio cultural, los asesoraba. También hacía el seguimiento de las actuaciones en los monumentos y actuaba de interlocutor técnico con cada uno de los titulares o gestores. Este programa, en definitiva, hacía posible llevar a cabo proyectos de la Dirección General para los que ya no disponía de capacidad financiera. El programa Románico Abierto fue condición necesaria —aunque no suficiente— para el mapping de Sant Climent de Taüll, objeto de este artículo. Visto con perspectiva, el acuerdo con la Obra Social de La Caixa permitió, en el sector del patrimonio, anticiparse y modular una crisis que era inminente.

El décimo aniversario del Patrimonio Mundial, una celebración truncada

El año 2010 es un punto de inflexión en la trayectoria del románico del Valle de Boí. Coincidiendo con el décimo aniversario de la proclamación de la Unesco, se elaboró el informe "Valle de Boí, un modelo de gestión y conservación", que Joan Perelada y Maria Carme Polo, autora del proyecto, fueron a presentar a la Unesco, a modo de balance. En el futuro, Perelada proyectaba doblar el número de visitantes en cuatro años, pasando de los 130.000 a 250.000, y anunciaba la creación de un Ecomuseo en Durro, del que ya habían adquirido el edificio. Un resumen editado del informe ponía de relieve la inversión de más de trece millones de euros en "restauración de iglesias, remodelación de los entornos y mejora de la calidad de vida de los habitantes del Valle de Boí" de 2000 a 2010. Se hacía una relación de estas inversiones en temas patrimoniales, sociales y educativos, como la puesta en funcionamiento de una guardería, la construcción de parkings, la iluminación de las iglesias, la mejora de los entornos y los pueblos, la recuperación de caminos tradicionales, la consolidación del Centro de Visitantes o la construcción de la Casa del Parque en Boí.

El mes de abril de aquel 2010 el consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras, presidió la reunión de la comisión de gobierno del Consorcio. Con las aportaciones de Románico Abierto, se aprobó un presupuesto de 1.400.000 euros, que doblaba el de 2009, de 715.000 euros (ACN, CCMA, 2010). Es el presupuesto más elevado aprobado nunca. Entre las intervenciones previstas, se encontraba la rehabilitación de la iglesia de la Assumpció de Coll, la consolidación de la restauración de Santa Maria de Taüll y los trabajos sobre las pinturas originales descubiertas en el ábside de la iglesia de Sant Climent, una actuación que contribuiría, indirectamente, a la creación del mapping tres años más tarde.

En pocos meses, la situación se invirtió. El presupuesto del Departamento de Cultura (Departament de Cultura, 2015) comenzó a resentirse y, con poco margen de maniobra en los gastos de personal y otras partidas estructurales, las aportaciones a los consorcios se frenaron. La aportación directa de la Generalitat(10), que en 2010 había sido de 192.000 euros, se redujo un 40% en 2011 y, para 2012, existía la previsión de un nuevo decremento, que dejaría la transferencia en 92.000 euros. Como no había ni liquidez ni perspectivas de revertir la situación a corto plazo, el Consorcio se vio obligado a presentar un ERE en diciembre de 2011 que afectó a la totalidad de la plantilla. En el año 2012, casi todo el personal pasó de la condición de fijo a discontinuo, una situación que no se normalizaría hasta cinco años después, en 2017, cuando se volvió a la situación anterior a la presentación del ERE. Del conjunto de iglesias, sólo Sant Climent y Santa Maria de Taüll siguieron abriendo mañana y tarde, cerrando o sufriendo restricciones drásticas los horarios de las otras iglesias.

Para acabar de rematar la crisis económica en el Valle de Boí, las pistas de esquí y el complejo hotelero de Boí Taüll, que ya había presentado un ERE en 2009, y que arrastraba problemas financieros desde hacía años, presentó abril de 2012 otro ERE que afectaba a noventa trabajadores, una decisión con mucho impacto social, teniendo en cuenta que en el Valle viven un millar de personas.

En el año 2012, la comisión de gobierno del Consorcio, presidida por el consejero Ferran Mascarell, efectuaba una llamada (La Xarxa, 2012): “La Generalitat busca financiación para el Valle de Boí". La comisión valoró que los alumnos de Humanidades y de Historia del Arte de la Universidad de Lleida hicieran las prácticas en el Valle, para poder así reabrir alguna iglesia. El consejero fue preguntado sobre la posibilidad de que la Unesco se replanteara mantener la calificación de Patrimonio de la Humanidad en Boí, una opción que Mascarell calificó como "una posibilidad absolutamente especulativa y sin fundamento", y que la fuerte inversión realizada en trabajos de restauración en los templos "es un factor decisivo para la Unesco".

En dos años, en definitiva, en la gestión pública de la cultura en Cataluña, se pasó de un contexto de expansión a buscar fórmulas para asegurar la supervivencia de los equipamientos culturales. Esta situación, que era general, se sufrió con intensidad en el Valle de Boí.

El mapping de Sant Climent de Taüll, génesis y formalización

Como se ha presentado en el apartado anterior, el proyecto del mapping emerge en un clima económico muy desfavorable, que, con respecto al patrimonio del románico, estaba paliando el programa Románico Abierto, parcialmente. Y, añadido al contexto externo, el interior de Sant Climent acumulaba también factores que hacían perentoria la toma de decisiones, como los que se enumeran a continuación:

—La reproducción de la pintura mural en yeso del ábside central se había degradado, después de medio siglo de haber sido instalada y exhibida al público.

—La intervención en los vestigios de pinturas originales, hecha en 2010, habían obligado a descabezar un fragmento de la reproducción en su parte inferior.

—La pintura original románica descubierta y restaurada en el año 2000 aún no había sido integrada al conjunto pictórico.

—La excavación de 2010 había puesto al descubierto los vestigios del presbiterio románico, que no había sido consolidado ni era objeto de presentación.

—La intervención arqueológica había obligado a retirar el ara del altar y era imposible el oficio del culto católico.

La Dirección General del Patrimonio Cultural retiró la copia de yeso, como primera decisión, para estudiar la pintura que quedaba en las capas profundas del ábside y, a partir de esta iniciativa, se elaboró un plan de investigación con el MNAC. Así, y por primera vez, se pudo emprender una investigación exhaustiva y conjunta de las pinturas del MNAC con la pintura original conservada en Sant Climent. En las capas profundas del ábside se localizaron vestigios importantes de pinturas —una descubierta inesperada— que se pudieron restaurar. También fue muy significativo el hallazgo y la identificación de testimonios de pintura románica de fases anteriores, como la ornamentación geométrica de las tres ventanas bajas del ábside y la decoración de línea blanca entre los sillares, propia del primer momento de construcción del templo, entre los siglos XI-XII.

El reto museográfico de integrar y mostrar en Sant Climent, al mismo tiempo, los nuevos descubrimientos y la reproducción de la pintura mural del MNAC abrió la puerta a plantear la viabilidad de una museografía virtual. Una de las personas responsables(11) de tomar la decisión, Josep Manuel Rueda (comunicación personal, septiembre de 2018), declaraba que no habían dudado lo más mínimo cuando vieron las posibilidades del mapping. Esta opción, en el año 2020 y en Barcelona, donde existen, incluso, instalaciones de experiencia inmersiva como Ideal, Centre d’Arts Digitals, que han tenido un éxito fulgurante de público(12) y de crítica (Jordi Sellas, comunicación personal, enero de 2020), es una alternativa normalizada en el repertorio de estrategias museográficas. En el año 2013, en cambio, era una decisión arriesgada(13), aplicada en uno de los monumentos más emblemáticos de Cataluña, una iglesia que la población del Valle percibía como muy propia (Cristina Castellà, comunicación personal, diciembre de 2019).

Incluido en el programa Románico Abierto, la Obra Social de La Caixa financió el proyecto, con la coordinación del equipo técnico de la Dirección General de Patrimonio y el MNAC. Participaron especialistas de perfiles muy diferentes: arqueólogos, arquitectos, arquitectos técnicos, conservadores, delineantes, historiadores, museógrafos, restauradores. Dos estudios de Cataluña aportaron el desarrollo tecnológico, integrándose en el equipo de trabajo: Burzon*Comenge, que hizo el proyecto audiovisual y la animación, y Playmodes, encargado del desarrollo técnico y la composición musical.

El proceso de creación del mapping requirió hacer un modelo virtual del templo, con un escáner láser 3D, para obtener la geometría y la textura posterior a su restauración. En paralelo, se hizo un proceso fotográfico de la pintura original del MNAC, que se integró al modelo, para obtener la reconstrucción virtual completa. Posteriormente, se inició el proceso de mapping, con el encaje preciso de las imágenes de los proyectores de vídeo en el espacio arquitectónico, que permitía iluminar, pintar y animar el espacio con la imagen en movimiento.

Se decidió no efectuar ninguna comunicación pública del mapping hasta poder hacer pruebas reales sobre las paredes de Sant Climent, porque no era posible anticipar las sensaciones que tendría la recreación de las pinturas y el escaneado en 3D.

En abril de 2013 tuvieron lugar en el MNAC las jornadas “Sant Climent: un debate necesario". Aquel encuentro de expertos permitió poner en común y actualizar toda la investigación y el conocimiento sobre Sant Climent, como nunca se había hecho, integrando diferentes especialidades. Se pudieron compartir todas las restauraciones efectuadas en la pintura mural, y los retos pendientes. O bien conocer la singularidad de un conjunto arquitectónico que llega al siglo XX prácticamente sin transformaciones, constatando que la pintura mural del ábside nunca quedó escondida y estuvo, más bien, "protegida" por un retablo gótico. Se recorrieron las diferentes presentaciones que la pintura mural había tenido a lo largo del tiempo, en la Ciudadela, en el Palacio Nacional y en París. También se puso de manifiesto, en aquellas jornadas, que la denominación pantocrátor —tan extendida todavía— debía sustituirse por la de Cristo majestad.

En aquellas jornadas se efectuó la primera presentación pública del proyecto de mapping, y se hizo público que se inauguraría ese mismo otoño. Albert Sierra, de la Dirección General del Patrimonio, anunció: "No haremos volar ángeles". Años después, en otras jornadas, una observación breve de Sierra (2019) sobre el mapping ayuda a caracterizarlo. "No es un espectáculo", decía.

El mapping, llamado #Taull 1123, se presentó al público en noviembre de 2013. Como es sabido, consiste en la recreación virtual de la pintura mural de Sant Climent, con una museografía que ayuda al visitante a entender cuál era la técnica pictórica de los frescos románicos, y muestra jerárquicamente las diferentes representaciones iconográficas que componen esta pintura mural. La presentación de las pinturas recorre tres estadios:

—Las pinturas profundas originales, conservadas in situ.

—La pintura mural conservada en el MNAC, juntamente con los fragmentos de pintura existentes en Sant Climent.

—La reconstrucción del conjunto de pinturas del templo, con la restitución de los fragmentos perdidos.

La materialización del mapping se fundamenta con el rigor histórico. El análisis de colores hecha por el MNAC y la reconstrucción de restos de los muros, las series y las cenefas, al ser geométricas y seriadas, permiten reconstruir el presbiterio con criterios científicos, con la aproximación máxima a la cromática original.

La proyección se efectúa con seis proyectores de vídeo de alta definición, que llenan de imagen todo el espacio central de la iglesia. El hardware está integrado de forma que no altera el carácter intrínseco del edificio románico. Con la restauración del pavimento y la base de altar antiguo, puestos al descubierto por la excavación arqueológica, se hacen compatibles los usos cultural y litúrgico del ábside mayor.

El mapping tiene una duración de diez minutos y no hay narración de voz. Tuvo un coste económico de 390.000 euros, financiado exclusivamente por la Obra Social de La Caixa. Este presupuesto no incluye la cuantificación de las aportaciones del personal de la Dirección General y del MNAC, con una carga de trabajo de muchos meses y muy especializada, que se traduciría en un importe considerable, y que es una contribución estratégica por su carácter experto.

El mapping, en definitiva, es el poso de un trabajo de investigación profundizado; un caso de éxito de partenariado público-privado, integrado por un equipo de especialistas multidisciplinar. El mapping da testimonio de que en Cataluña existe un ecosistema de creativos y profesionales con un grado de desarrollo tecnológico importante(14), homologable al de los países más avanzados, una afirmación que tiene apoyo empírico que lo permite contrastar (Institut Català de les Empreses Culturals, 2019).

El impacto contundente de #Taull 1123

El mapping de Sant Climent de Taüll se inauguró a finales de noviembre de 2013. El lanzamiento, sin embargo, no fue asociado a ninguna campaña de comunicación; la noticia de la presentación y el boca a boca fueron los únicos canales para llegar al público.

Con la certeza de que se ofrecía un servicio nuevo y de mucha calidad al visitante, los días previos a la inauguración se decidió modificar el precio de la visita, que pasó de 2 euros a 5 euros para la entrada individual. Con la fragilidad económica en que se encontraba el Consorcio, cualquier modificación tarifaria comportaba oportunidades y riesgos. Con los números en la mano y con las 36.119 visitas de 2013, el cambio de precio podía significar pasar de 72.238 euros a 180.595 euros en ingresos propios, un diferencial que podía permitirse contratar de nuevo el personal necesario para la apertura y las visitas guiadas a las iglesias. La reacción de la demanda al nuevo precio estaría en función de la percepción de calidad en la experiencia del mapping, una respuesta que no se hizo esperar.

En 2014 las visitas a Sant Climent se incrementaron un 20% y en 2016 el crecimiento ya era de más del 50%, en relación con el 2013. La capacidad de atracción de #Taull 1123 repercutió en un aumento de visitas a las otras iglesias del Valle y permitió recuperar el pleno empleo del personal que trabajaba en el Consorcio.

Con los datos del conjunto de iglesias de pago —se ha comentado anteriormente que Santa Maria de Taüll es de acceso gratuito—, la evolución de visitas de un mínimo del año 2013, con 72.238, en el momento de máxima recesión, a un máximo de 136.306 en el año 2016, lo que supone un incremento del 70%. El impacto del mapping en los públicos del románico es homologable o superior al que tuvo la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El mapping de Taüll actuó de revulsivo económico en una comarca en crisis. Para tener una perspectiva más amplia, sin embargo, hay que decir también que a finales de 2014 la Generalitat adquirió el crédito de 7.300.000 euros que condicionaba el futuro de la estación de Boí-Taüll, añadido a una aportación directa de 1.000.000 euros para garantizar continuidad del resort. Todo ello, permitió cambiar la situación.

Además de los datos cuantitativos, el libro de firmas de Sant Climent y, especialmente, los comentarios en TripAdvisor, aportan también información de la percepción del mapping. Sobre una base de 414 personas que habían clasificado la experiencia en TripAdvisor, a mediados de 2019, un 80,6% de la había calificado de excelente, un 16,1% de muy buena, un 1,9% de normal, un 0,9% de mala y una persona la calificó de pésima. En general, los comentarios redactados en inglés son más elogiosos que los comentarios escritos en castellano, donde hay quejas del precio de la entrada, por tratarse de una iglesia o bien porque, en algún caso, no se percibe que el mapping aporte valor. Se han seleccionado, como ejemplo, cuatro de estos comentarios:

“El video no tiene sentido […] es un visual que no tiene más audio que un sonido de tiza en la pizarra”.

“Muy bien conservada y parece ser que la visita es espectacular, pero me parecen demasiado 5 euros cuando la restauración fue pagada por Endesa”.

“Magical and moving. A wonderful example of the architecture and construction of these ancient churches, but the son et lumière show was out of this world —stunning, impactful, informative and moving”.

“We were so surprised when we were seated in the dark and this fantastic digital illustration of the frescos appeared instead, accomponied by beautiful music that made it a rather emotional experience”.

Hay crónicas positivas, también, de personas del clero que valoran (Aran, 2016) la capacidad evocativa del mapping: “El videomapaje ofrece la posibilidad de fusionar la experiencia de ir al cine con el silencio de la espiritualidad, lo que es impensable si se trata solo de una visita convencional”.

El reconocimiento al mapping fue mucho más allá de la respuesta del público, porque fue distinguido en 2014 por los premios Museums and the Web, una plataforma de Estados Unidos que es referente mundial en innovación y creatividad a los museos y el patrimonio.

#Taull 1123 obtuvo el Best Rich Multimedia Project Award(15), un premio que el año anterior había ganado el Museo de Arte Contemporáneo de Australia. Aquel 2014, entre los museos premiados, se encontraba el MoMA de Nueva York, el Museo de Arte de Dallas o los Imperial War Museums de Gran Bretaña. Fue el único premio concedido a un proyecto de la Europa continental.

La dimensión internacional de los museos premiados, con el volumen de recursos humanos y financieros que gestionan, contrasta y convierte en más excepcional todavía la distinción a #Taull 1123; un proyecto creado, desarrollado y producido por profesionales del sector público y de pequeños estudios del sector privado en Cataluña. Además de este premio, la Asociación de Diseñadores Gráficos y Directores de Arte de Cataluña también concedió al mapping de Sant Climent de Taüll uno de los premios Laus.

El mapping como estrategia museográfica

¿Cuáles son las claves del éxito del mapping de Taüll? El contexto artístico, histórico, paisajístico y simbólico del monumento, su reconocimiento internacional son factores importantes, como la investigación efectuada sobre la pintura mural y el edificio. Estas variables externas, sin embargo, no son suficientes. La pieza #Taull 1123 tiene unos componentes de creación y de prototipo que, como en la producción cinematográfica, no hacen posible aventurar resultados a partir de la planificación de los elementos que la integran (duración, sonido, luz, guión, imágenes). Se trata, además, de un lenguaje relativamente nuevo en su aplicación al patrimonio. La decisión de prescindir de la narración verbal, la composición musical, la ausencia de efectismo, el ritmo y la voluntad de no hacer un espectáculo consiguen que el visitante experimente, en directo, la restitución de la pintura original del siglo XII, más bien iluminada, poniendo al mismo tiempo en valor la pintura existente in situ. La obtención de este resultado, la capacidad de transmitir estas sensaciones, requiere de un equilibrio de factores, que es muy difícil de estandarizar o pautar, y que se ha conseguido en este caso, como expresan unánimemente los agentes entrevistados que participaron y los usuarios.

Es probable que el mapping efectista de grandes eventos y conmemoraciones, proyectado a gran formato en fachadas emblemáticas, tenga una obsolescencia próxima, una vez el espectador ha visto unos cuantos. En contraste, el mapping como recurso museográfico puede estar al inicio de su recorrido, apenas. Tomemos, como ejemplo, el mapping del mosaico del circo del Museo de Arqueología de Cataluña, inaugurado a finales del 2019. Por los recursos invertidos, es un proyecto al alcance de la mayoría de museos, y consigue hacer vivir la restitución del mosaico original, además de acercar la pieza a un segmento de público joven, que tiene incorporado el lenguaje audiovisual como nativo. La capa del mapping complementa, resalta y aporta valor a la pieza original, haciéndola más comprensible.

En contraste, a mediados de 2019 se inauguró la instalación multimedia "In the shadow of the Moor" en la Sala delle Asse del Castello Sforzesco en Milán, con motivo del 500 aniversario de la muerte de Leonardo da Vinci. Después de un proceso de restauración de seis años(16), un mapping restituye una pintura mural de 1498, poniendo en valor una pieza poco conocida de Leonardo, muy deteriorada por intervenciones posteriores, en uno de los principales monumentos y museos de arte de la Lombardía. En este caso, el itinerario de la visita al museo, el aforo de la sala y la cadencia del mapping provocaba, antes que nada, una ralentización y colas en las salas anteriores del castillo. Sentados en la Sala delle Asse el mapping recrea la pintura de un emparrado de moreras que, desde las raíces, sube por las paredes y el techo de la sala mostrando las ramas y las hojas, cubriendo las paredes y el techo de la sala. La restitución de esta pintura mural, para la inversión en restauración y producción efectuadas, por tratarse de una obra de Leonardo da Vinci y por las dimensiones de la sala, podrían convertir el mapping en excepcional. A criterio del autor, sin embargo, la experiencia se desvirtúa porque la restitución de la pintura integra también una narración teatralizada, que se proyecta en el pavimento de la sala, donde se escenifica el encargo a Leonardo y su estancia en el castillo y en la ciudad de Milán, con la interacción de personajes. Esta parte distrae la atención de la restitución del original y le hace perder parte del protagonismo, con una confusión de cuál es la estrategia museográfica (Contin, Paolini, Salerno, 2014).

El caso #Taull 1123 es también una aportación a la museografía en cuanto al recurso de las réplicas. El mapping, como se ha comentado, pone en valor pintura conservada in situ, reproduce la pintura mural conservada en el MNAC y restituye la pintura original. Por la dimensión simbólica de Sant Climent, podría dialogar —a pesar de la enorme distancia en el tiempo, en materiales y de concepto— con la réplica del techo de los bisontes de la cueva de Altamira, que constituyó un hito en la museografía, 1959, para acercar la Prehistoria al gran público. En ese caso, la tecnología la aportó el Deutsches Museum de Munich, mientras que Sant Climent se ha desarrollo con recursos tecnológicos locales. La réplica permite la conservación del original —en este caso al MNAC— con unas condiciones de lectura, de comprensión y de experimentación mejores que el original del MNAC. El mapping enriquece el debate del triángulo de la sostenibilidad del patrimonio y su puesta en valor, como plantea Miró (2020), cuando habla de la tensión entre el original y la copia, y en relación con la calidad en la experiencia de la representación.

La gestión del Consorcio y del mapping, consideraciones finales

A finales de 2018, un acuerdo de Gobierno autorizaba al Consorcio Patrimonio Mundial del Valle de Boí a destinar 165.000 euros para la sustitución del equipamiento del mapping de Sant Climent. Esta inversión era a cuenta del remanente de tesorería, que la entidad había conseguido en cerrar las cuentas del ejercicio de 2017. Después de seis años, la sustitución de los proyectores iniciales por unos más eficientes ha permitido incrementar aún más la calidad de la visita. El mapping, a inicios del año 2020, envuelve al visitante como nunca. La renovación de los proyectores por remanente de tesorería es un indicador de la capacidad de generar recursos propios. La estructura económica del Consorcio se presenta a continuación.

En el año 2017, los recursos propios (entradas, servicios de guía-intérpretes y ventas en la tienda) supusieron el 85,6% del presupuesto total, porcentaje que fue del 70,3% y el 72,2% de los años 2018 y 2019, respectivamente.

Los gastos íntegros de personal, contando las aportaciones a la Seguridad Social, representaron el 68,8% del presupuesto de gastos del año 2018. Están plenamente cubiertos por los ingresos procedentes de taquilla. Para el mantenimiento de las iglesias, la Dirección General de Patrimonio Cultural traspasa cada año un importe que en el periodo 2010-2017 ha sido de 65.207 euros anuales de media. El Consorcio de Boí tiene, pues, una capacidad de autofinanciación muy elevada, si lo contextualizamos en el conjunto del patrimonio arquitectónico visitable de Cataluña. Los gastos de funcionamiento están totalmente cubiertos por las aportaciones de los visitantes, con las inversiones y el mantenimiento aparte.

Del 2016 al 2019, Sant Climent de Taüll ha perdido un 15% de visitas, un descenso superior al del resto de iglesias del Valle de Boí. Este decremento, moderado, es superior al de las visitas al Parque Nacional (Generalitat de Catalunya, 2019), de un 5,8% en el mismo periodo. En el caso de los visitantes atendidos en la Oficina de Turismo de Barruera el descenso fue aún menor. Este 15% es, pues, un diferencial que responde a factores propios. Prescindiendo ahora de otras variables de composición del turismo del Valle(17), la mayoría de los visitantes proceden de Cataluña, en un porcentaje que, en los últimos diez años, ha oscilado entre el 60% y el 65%. Cristina Castellà, del Consorcio, afirmaba: "Hay muchos visitantes que repiten. El mapping ha hecho venir gente del Valle de Aran, del Pallars, los de las segundas residencias, que llevan amigos". Aunque repitan, queda claro que el mapping tiene un techo, para un público que ya lo conoce, si no se puede complementar con otras experiencias culturales vinculadas al patrimonio.

Como se ha comentado, la estructura del Consorcio está integrada por cuatro administraciones públicas y dos obispados y, aunque la Generalitat tiene un peso mayoritario, la pluralidad de agentes puede conllevar una gobernanza difusa, en el momento de tomar determinadas decisiones y asumir riesgos, ya que dificulta un liderazgo claro, que se identifique como responsable de rendir cuentas.

Se ha comentado con anterioridad que los estatutos del Consorcio regulan la figura de la Gerencia, así como sus funciones. Desde su creación en 2003, el Consorcio no se ha dotado nunca de una gerencia, en una situación en la que, algunos años y como se ha valorado, ha habido remanentes de tesorería suficiente cuantiosos. Una gestión gerencial podría favorecer la formulación y la consecución de objetivos evaluables en diferentes áreas: programación de actividades, creación de productos de turismo cultural, central de reservas, difusión, incremento de acuerdos con agentes económicos del territorio, internacionalización, etcétera. Los estatutos explicitan que, entre las funciones del Consorcio, se encuentra la documentación y la puesta en valor de las formas tradicionales de vida, y la gestión del patrimonio cultural del Valle. Se trata de unas funciones desatendidas que, con esta dotación, podrían permitir al Consorcio posicionarse como un agente cultural dinamizador del Valle en todo el espectro de la gestión cultural, más allá del patrimonio románico, y asumiendo funciones más propias los equipamientos museísticos.

Addenda: “the future’s not ours to see”

Este artículo fue entregado pocos días antes del inicio del confinamiento y del cierre de los equipamientos culturales por la pandemia del Covid-19. Para su publicación, pareció oportuno actualizar su contenido, para incluir cómo el Consorcio estaba haciendo frente a la nueva situación a inicios de mayo y presentar algunas variables y argumentos prospectivos, con la provisionalidad y prudencia que requiere hacer previsiones ante una realidad tan dinámica.

Con el equipamiento audiovisual del mapping renovado, existían buenas expectativas de inicio de temporada, porque la Semana Santa, aunque no alcanza los niveles de frecuentación del verano, es un momento de gran afluencia de público y, por tanto, de aumento de ingresos. Perdida la Semana Santa, es una incógnita el grado de apertura de las iglesias en verano. La primera semana de mayo hay sobre la mesa la decisión sobre la celebración de las fallas. La organización de las fallas en el Valle de Boí depende, en buena medida, de los vecinos de cada localidad. Pasados cinco años de su declaración como Patrimonio de la Humanidad, las fallas no presentan problemas importantes de masificación y aglomeraciones, también porque el calendario, en lugar de concentrarse en el solsticio, se distribuye en muchas semanas de verano. La agenda de 2020 preveía iniciar el ciclo en Durro el 13 de junio e ir siguiendo, hasta el 17 de julio, por Boí, Barruera, Erill la Vall y Taüll, con una bajada festiva al Plan de la Ermita el 14 de agosto. El mantenimiento o la cancelación de las fallas habrá influido en la temporada de verano y en el grado de afluencia a las iglesias.

A corto plazo, la drástica reducción de la movilidad y el parón del consumo cultural fuera del hogar afectarán al conjunto monumental de forma aguda, como en todas partes. Hay, sin embargo, previsiones específicas muy positivas para el Valle de Boí. Una encuesta realizada por el Laboratorio de Turismo y Patrimonio(18) de la Universidad de Barcelona a quinientos operadores turísticos muestra, a finales de abril, que —descartados los destinos internacionales— las preferencias se concentran en el Delta del Ebro, en la Costa Brava y en los Pirineos, con unos índices del 30%, el 28% y el 20%, respectivamente. Estos pueden ser los destinos principales elegidos durante el verano de 2020. En cuanto a las actividades, los profesionales del turismo se inclinan por todo lo que se pueda hacer al aire libre, como la visita de pueblos, los conjuntos históricos o las fiestas tradicionales. Todavía existe otra variable que puede incrementar la elección de Vall de Boí como destino, y es la poca incidencia que ha tenido la Covid-19. En el municipio de Boí solo consta un caso positivo hasta el 3 de mayo (Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya, 2020). En este episodio, ha habido dos defunciones en la comarca de la Alta Ribagorça, en contraste con las diecisiete de las comarcas vecinas del Pallars Jussà o las seis en el Valle de Aran y Alt Urgell. Solo el Pallars Sobirà continuaba sin ningún fallecimiento en este periodo.

 

Además de la autorización para poder abrir de nuevo las iglesias, existen varios factores que condicionarán la visita al mapping de Sant Climent y al interior de las otras iglesias. Sònia Bruguera, alcaldesa de Boí y vicepresidenta del Consorcio, cree que para garantizar los parámetros de seguridad de los visitantes en el interior de Sant Climent se podría tener que contratar a otrapersona, complementaria a las funciones de venta de entradas, un requerimiento que se considera inviable, a estas alturas. A inicios de mayo, no se dispone aún de protocolos claros ni en cuanto a EPI del personal, ni para los procedimientos y especificaciones de los productos para la desinfección de los espacios, tratándose de bienes patrimoniales(19) (Instituto del Patrimonio Cultural de España, 2020).

En previsión de una apertura en verano, el Consorcio está organizando nuevos servicios de visitas guiadas por los visitantes, que priorizan los espacios exteriores de las iglesias, ya que tienen más capacidad de maniobra por los requisitos de distanciamiento social. También se está valorando la apertura del interior de las iglesias por turnos, de forma escalonada, de manera que una persona que realice una estancia de tres días en el Valle las pueda visitar todas.

La situación económica derivada de la pandemia es el último factor tratado en esta adenda. Se presentan las gestiones efectuadas por el Consorcio del Valle de Boí, y se establece alguna comparativa con la situación de crisis vivida en 2010, hace una década. La estructura económica del Consorcio permite hacer frente al presupuesto ordinario de gastos con los ingresos propios. Ahora bien, después de dos meses de clausura —que han coincidido con la Semana Santa—, la seguridad de un verano atípico y las previsiones de una recuperación lenta hacen de la gestión de tesorería un factor crítico para hacer frente a los gastos del capítulo I. por ello, a finales de abril, Sònia Bruguera ya había pedido al Departamento de Cultura de la Generalitat la aportación del total del año, una transferencia que la Generalitat devenga por meses, habitualmente. La primera semana de mayo la Diputación de Lleida ya había efectuado el pago de la aportación del total de 2019, y estaba tramitando el 85% de la aportación prevista para 2020. Estas gestiones permitirán, al menos, aportar liquidez en el corto plazo.

El Consorcio, ante el cierre forzado de las iglesias, se planteó un ERTE, una posibilidad inexistente con la legislación vigente en los consorcios con mayoría de la administración pública. La comparación de la normativa aplicable actualmente con la existente en el año 2010 es relevante, ya que, en el caso de Boí, el decremento de las aportaciones de la Generalitat obligó a aplicar un ERE a la totalidad de la plantilla, hace una década. La ley estatal 27/2013, de racionalización y sostenibilidad de la administración local, conocida como LRSAL, conllevó cambios sustanciales en la normativa de los consorcios y de su personal, adscribiéndolos a la administración mayoritaria.

Con los estatutos vigentes, y en relación con los estatutos de 2014, la viabilidad del Consorcio está más garantizada, ya que los anteriores estatutos no especificaban ninguna obligación a las administraciones, en caso de que los recursos propios no permitieran hacer frente a los gastos. Con los estatutos actuales, las administraciones deberán cubrir la pérdida de ingresos procedentes de las visitas, con una prorrata del 60% del Departamento de Cultura, el 25% la Diputación de Lleida, el 10% el Ayuntamiento y el 5% el Consejo Comarcal. Los cambios jurídicos de la LRSAL fueron objeto de mucha crítica por parte de la administración local, como se muestra en Forcadell, Pifarré, Sabaté (2014). Actualmente ofrecen, paradójicamente, garantías de estabilidad al Consorcio porque se equipara totalmente al sector público, a diferencia de la situación que se vivió hace diez años.

En relación con el impacto de la Covid-19 en la cultura, Bonet (2020) afirma que "la crisis de 2008 implicó una reducción brutal de los recursos disponibles, recursos que no se han recuperado diez años después". Como también se ha apuntado en este artículo, la crisis de hace una década no se vio venir y, siguiendo Bonet, "los recortes no respondieron a una estrategia reflexionada sino que se salvaron las actividades que tenían menos costes políticos o contables, los proyectos más institucionalizados, con personal funcionario [...]. No deberían volver a repetir los errores de la gestión de la crisis del 2008, porque el sector cultural llega más debilitado que en aquel momento".

El Valle de Boí y Sant Climent de Taüll sufrieron una crisis importante, en el año 2011. El mapping, analizado en este artículo, fue reacción y respuesta, de la mano de la creatividad y del trabajo en equipo, una decisión que sirvió de estímulo territorial y que nadie habría sabido prever, hace diez años. El futuro, que no nos ha sido dado ver, se escribe también con cada una de nuestras iniciativas y decisiones.

Notas


(1)

Steffanoni, apellido de un taller familiar de Bérgamo, muy reputado, que estaba precisamente en Cataluña para extraer las pinturas murales de Mur y exportarlas a Estados Unidos.

(1)

Steffanoni, apellido de un taller familiar de Bérgamo, muy reputado, que estaba precisamente en Cataluña para extraer las pinturas murales de Mur y exportarlas a Estados Unidos.

(2)

Sant Climent y Santa Maria habían sido declarados monumentos nacionales en 1931, durante el Gobierno Provisional de la República, y Sant Joan de Boí i Santa Eulàlia de Erill la Vall en 1962.

(2)

Sant Climent y Santa Maria habían sido declarados monumentos nacionales en 1931, durante el Gobierno Provisional de la República, y Sant Joan de Boí i Santa Eulàlia de Erill la Vall en 1962.

(4)

Estatutos del Consorcio Patrimonial Mundial del Valle de Boí. (02.12.2016).

(4)

Estatutos del Consorcio Patrimonial Mundial del Valle de Boí. (02.12.2016).

(5)

La iglesia de Santa Maria de Taüll ha sido siempre de entrada gratuita. Por la proximidad física con Sant Climent se estima que el número de visitas a Santa Maria es igual o superior que en Sant Climent. Los datos de visitantes de este artículo se refieren solo a las visitas de las iglesias de pago, ya que no es posible precisar las visitas a Santa Maria.

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La iglesia de Santa Maria de Taüll ha sido siempre de entrada gratuita. Por la proximidad física con Sant Climent se estima que el número de visitas a Santa Maria es igual o superior que en Sant Climent. Los datos de visitantes de este artículo se refieren solo a las visitas de las iglesias de pago, ya que no es posible precisar las visitas a Santa Maria.

(6)

Las iglesias del Valle de Boí abrían diariamente de 10 a 14 h y de 16 a 19 h, con un total de horas de apertura anual que se situaba en la franja de los museos más grandes de Cataluña.

(6)

Las iglesias del Valle de Boí abrían diariamente de 10 a 14 h y de 16 a 19 h, con un total de horas de apertura anual que se situaba en la franja de los museos más grandes de Cataluña.

(7)

Los datos de procedencia, estacionalidad y composición y su evolución en el tiempo son equiparables a los análisis de públicos efectuados cada año en el Parque Nacional, así como de la composición de las personas que hacen consultas presenciales en la Oficina de Turismo de Barruera.

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Los datos de procedencia, estacionalidad y composición y su evolución en el tiempo son equiparables a los análisis de públicos efectuados cada año en el Parque Nacional, así como de la composición de las personas que hacen consultas presenciales en la Oficina de Turismo de Barruera.

(8)

Como resultado de las encuestas, el 92% de la población local conocía el Centro de Visitantes y sabía ubicarlo, un 80% lo había visitado y, sobre todo, un 56% declaraba que había asistido a alguna actividad organizada por el Centro.

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Como resultado de las encuestas, el 92% de la población local conocía el Centro de Visitantes y sabía ubicarlo, un 80% lo había visitado y, sobre todo, un 56% declaraba que había asistido a alguna actividad organizada por el Centro.

(9)

El nombre entero del Programa era Románico Abierto y Bodegas Cooperativas. Se previó la intervención, en cuanto al Románico, en 75 monumentos y en 8 bodegas cooperativas. El presupuesto, distribuido en seis anualidades, era de 18.046.000 euros, de los cuales el 84% se destinaba al Románico Abierto.

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El nombre entero del Programa era Románico Abierto y Bodegas Cooperativas. Se previó la intervención, en cuanto al Románico, en 75 monumentos y en 8 bodegas cooperativas. El presupuesto, distribuido en seis anualidades, era de 18.046.000 euros, de los cuales el 84% se destinaba al Románico Abierto.

(10)

Integra las aportaciones del Departamento de Cultura, que son recurrentes, y las del Departamento de Agricultura, vinculadas a fondos estructurales europeos.

(10)

Integra las aportaciones del Departamento de Cultura, que son recurrentes, y las del Departamento de Agricultura, vinculadas a fondos estructurales europeos.

(11)

Comunicación personal de Josep Manuel Rueda, que en 2013 era subdirector general del Patrimonio Arquitectónico, Arqueológico y Paleontológico. La decisión sobre el mapping coincidió en el tiempo con la organización de la Agencia Catalana de Patrimonio Cultural, que se había creado en 2011 con la Ley Ómnibus, pero que hasta el año 2013, con la aprobación de los estatutos, no se activó. Joan Pluma era el director general de Patrimonio y de la Agencia.

(11)

Comunicación personal de Josep Manuel Rueda, que en 2013 era subdirector general del Patrimonio Arquitectónico, Arqueológico y Paleontológico. La decisión sobre el mapping coincidió en el tiempo con la organización de la Agencia Catalana de Patrimonio Cultural, que se había creado en 2011 con la Ley Ómnibus, pero que hasta el año 2013, con la aprobación de los estatutos, no se activó. Joan Pluma era el director general de Patrimonio y de la Agencia.

(12)

Inaugurado a finales de octubre de 2019, y con una horquilla de precios de entre 9 euros y 16,5 euros para la entrada individual, Jordi Sellas, director, declaraba que a finales de diciembre ya se habían alcanzado 60.000 visitantes. https://idealbarcelona.com.

(12)

Inaugurado a finales de octubre de 2019, y con una horquilla de precios de entre 9 euros y 16,5 euros para la entrada individual, Jordi Sellas, director, declaraba que a finales de diciembre ya se habían alcanzado 60.000 visitantes. https://idealbarcelona.com.

(13)

Cristina Castellà, del Consorcio Patrimonio Mundial de Boí, declaraba: "Fue difícil, convencer a alguna gente de aquí. Yo lo veía clarísimo, porque confiaba en el equipo que había detrás. Ahora todo el mundo sabe qué es un mapping, pero hace unos años nadie lo sabía. Se tuvo que explicar muy bien a la gente: es que aquí en la iglesia es tu casa, para la gente; lo sienten suyo. No es como la Sagrada Familia de Barcelona. Muchos lo percibían como si intervinieran en el comedor de casa".

(13)

Cristina Castellà, del Consorcio Patrimonio Mundial de Boí, declaraba: "Fue difícil, convencer a alguna gente de aquí. Yo lo veía clarísimo, porque confiaba en el equipo que había detrás. Ahora todo el mundo sabe qué es un mapping, pero hace unos años nadie lo sabía. Se tuvo que explicar muy bien a la gente: es que aquí en la iglesia es tu casa, para la gente; lo sienten suyo. No es como la Sagrada Familia de Barcelona. Muchos lo percibían como si intervinieran en el comedor de casa".

(14)

La facturación de las empresas radicadas en Cataluña —vinculadas a la realidad extendida, las experiencias inmersivas y los videojuegos— tiene unos índices de crecimiento anuales en facturación superiores al 20%. En el año 2017 facturaron el 52% de todo el estado y había la previsión de llegar a 5.400 trabajadores directos en 2020. En Cataluña, este clúster, dinámico, innovador y cercano, significa una oportunidad para el desarrollo del patrimonio cultural.

(14)

La facturación de las empresas radicadas en Cataluña —vinculadas a la realidad extendida, las experiencias inmersivas y los videojuegos— tiene unos índices de crecimiento anuales en facturación superiores al 20%. En el año 2017 facturaron el 52% de todo el estado y había la previsión de llegar a 5.400 trabajadores directos en 2020. En Cataluña, este clúster, dinámico, innovador y cercano, significa una oportunidad para el desarrollo del patrimonio cultural.

(17)

Por limitaciones de espacio, se ha omitido la presentación de los datos de procedencia, estacionalidad y la composición de los visitantes en el Parque Nacional y de las personas atendidas presencialmente en la Oficina de Turismo de Barruera.

(17)

Por limitaciones de espacio, se ha omitido la presentación de los datos de procedencia, estacionalidad y la composición de los visitantes en el Parque Nacional y de las personas atendidas presencialmente en la Oficina de Turismo de Barruera.

(18)

IBERTUR. Laboratori de Turisme i Patrimoni Cultural de la Universitat de Barcelona. Encuesta hecho a 500 agentes turísticos de Cataluña (agencias de viajes, empresas de transporte, alojamientos, guías, etc.) con un índice de respuesta del 85%.

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IBERTUR. Laboratori de Turisme i Patrimoni Cultural de la Universitat de Barcelona. Encuesta hecho a 500 agentes turísticos de Cataluña (agencias de viajes, empresas de transporte, alojamientos, guías, etc.) con un índice de respuesta del 85%.

(19)

En el momento de cerrar esta adenda el Servicio de Museos de la Dirección General del Patrimonio estaba ultimando unos protocolos para la reapertura de los museos.

(19)

En el momento de cerrar esta adenda el Servicio de Museos de la Dirección General del Patrimonio estaba ultimando unos protocolos para la reapertura de los museos.

Bibliografía

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