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Número 14, año 2024
Revista Catalana de Museologia

Crònica de la XXXV Jornada de la Xarxa de Museus Locals: Museus per créixer. El rol dels museus en l’educació per a la ciutadania

Fecha publicación: 29/05/2024


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Fecha publicación: 29/05/2024

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Abstract

El 15 de noviembre de 2023 tuvo lugar en Barcelona la XXXV Jornada de la Red de Museos Locales, Museos para crecer. El rol de los museos en la educación para la ciudadanía. La ponencia inaugural planteó la necesidad de enfocar el desarrollo de públicos hacia la accesibilidad y la participación culturales, mostrando las aportaciones posteriores experiencias que habían puesto en práctica estos principios, entendiendo a los museos como un verdadero espacio público de diálogo y de construcción social.

El 15 de noviembre de 2023 tuvo lugar en el Espacio Bonnemaison de Barcelona la XXXV Jornada de la Red de Museos Locales, organizada por la Oficina de Patrimonio Cultural del Área de Cultura de la Diputación de Barcelona, un encuentro anual, esta vez dedicado al papel de los museos en la educación para la ciudadanía, que reunió a cerca de trescientos profesionales de la museología y el patrimonio cultural, de modo presencial y telemático.

La educación es una condición indisociable de la función social de los museos, hasta el punto de que sus programas públicos, cada vez más, se cobijan bajo del gran paraguas educativo y se alinean con el aprendizaje continuo, la creación compartida y la generación de alianzas. En el contexto actual, en el que es necesario adaptarse a una sociedad compleja y cambiante y tener presentes los retos que marca la Agenda 2030, se quiso aportar herramientas para la reflexión y la reformulación de los programas educativos de los museos. Se puso la mirada en experiencias que fomentan la equidad y la igualdad de oportunidades; la accesibilidad universal; la vida en comunidades pacíficas, justas y democráticas, y el acceso a una educación emancipadora para todos los ciudadanos y a lo largo de toda su vida. Bajo la guía de diferentes especialistas del sector museístico, local e internacional, los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer las reflexiones y prácticas de varios museos que han adoptado la educación como catalizadora de su oferta.

 

"Museos, audiencias, ciudadanos", la ponencia inaugural de Cristina Da Milano

La ponencia inaugural corrió a cargo de Cristina Da Milano, presidenta del Centro Europeo por la Organizzazione e il Management Culturale y con una larga trayectoria de investigación en educación y comunicación museística. “Museums are not ends in themselves, but means in the service of humanity” (Alma S. Wittlin, 1970). Esta cita, con la que Da Milano inició su intervención, podría considerarse el leitmotiv de la jornada. Y es que varios documentos internacionales como la Declaración de los Derechos Humanos o la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ONU, 2015), entre otros, así lo avalan. Da Milano destacó especialmente el Convenio marco del Consejo de Europa sobre el valor del patrimonio cultural para la sociedad (2005), un documento pionero en el reconocimiento del papel de la comunidad local en la atribución de valor al patrimonio de un territorio.

La reflexión sobre el rol social del museo ha estado presente en el sector museístico desde mediados del siglo XX hasta desembocar en la nueva definición de museo del ICOM (2022), que introduce conceptos como accesibilidad, inclusión, diversidad, sostenibilidad y comunidad. Pese a existir esta conciencia sobre los derechos de la ciudadanía, los participantes en las actividades de los museos continúan mostrando un perfil determinado (de nivel socioeconómico, edad y educación). Son aquellos a los que Da Milano se refiere como “sospechosos habituales”.

Las estadísticas a nivel europeo (Eurostat, 2015-2019) sobre la participación de la comunidad local en actividades culturales muestran que, incluso por encima de las razones económicas, uno de los grandes motivos por los que la población no toma parte en estas actividades es la falta de interés. Si leemos los datos desde el ámbito del patrimonio, podríamos interpretar que éste no es relevante para gran parte de la sociedad y que si queremos que la participación vaya más allá de los “sospechosos habituales”, debemos encontrar la forma de conectar, de despertar el interés.

En este punto, la ponente repasó los cuatro grandes modelos de políticas culturales europeas de los últimos sesenta años, todavía vigentes hoy en día. A partir de 1945, se desarrolló el modelo de excelencia, en el que el visitante es entendido como un receptor pasivo al que se transmiten conocimientos: un modelo de discurso unidireccional que todavía predomina en las instituciones más tradicionales. A finales de los años cincuenta, el ministro de Cultura francés, André Malraux, impulsó la reflexión sobre el concepto de “democratización de la cultura” y empezó a trabajarse en la eliminación de las barreras físicas. A finales de los ochenta, nació la idea de la cultura como bien de consumo, que sigue siendo el modelo hegemónico en el marco europeo: se apuesta por la creación de grandes equipamientos culturales con la voluntad de “revitalizar” ciertos territorios. Actualmente, se quiere tender al modelo de democracia cultural, que deja atrás la actitud paternalista y considera que la comunidad local debe expresar aquellos valores que reconoce en el patrimonio, a fin de contribuir a la creación de nuevos significados. Esto implica un complejo proceso de "cesión de poder" de las instituciones hacia los ciudadanos.

A finales de los años noventa, Richard Sandell (Universidad de Leicester) hablaba ya de conceptos plenamente relacionados con el modelo de democracia cultural: las barreras en el acceso a la cultura, la participación o la representación. Actualmente, todos estos elementos confluyen, en el contexto europeo, en el concepto global de audience development (desarrollo de públicos). Según Da Milano, las instituciones culturales han utilizado este término de manera muy restringida, únicamente en los departamentos de comunicación y marketing o de educación, cuando debería trabajarse estratégicamente para implicar diferentes perfiles de público y hacer accesible el museo a la ciudadanía en un sentido amplio. El objetivo último es conseguir un cambio organizativo en el que el museo se convierta en un medio al servicio de la sociedad. Es una tarea absolutamente transversal que pone a las personas en el centro, que debe ser liderada por la dirección y compartida por todo el equipo. Para ello, algunas de las estrategias que se pueden seguir son el partenariado, es decir, la colaboración del museo con otras entidades y organizaciones del territorio para contactar con determinados sectores de la comunidad, o bien los procesos de cocreación, que suelen ser experiencias complejas, que pueden aflorar visiones sobre el patrimonio divergentes de las de la institución. Esto supone abrir diálogos desde ópticas muy contrastadas para llegar al consenso. Pese a la dificultad, cuando los ciudadanos se ven autorrepresentados en el museo, se establecen vínculos profundos y duraderos.

Da Milano se refirió también a los programas de la Unión Europea, como Europa Creativa u Horizonte Europa, como posibles fuentes de financiación para proyectos vinculados al rol social de los museos. Estas políticas culturales europeas pueden desempeñar un papel positivo, dado que tienen una duración mínima de siete años y la ventaja de garantizar continuidad, sostenibilidad y apoyo a los proyectos a más largo plazo, a diferencia de lo que sucede en los proyectos en el marco nacional o local.

En conclusión, Da Milano remarcó que es necesario captar el sentido amplio del concepto "desarrollo de públicos" y no restringirlo únicamente al ámbito del marketing. En este sentido, considera que es necesario que las instituciones culturales cambien para conseguir esta apertura, ese fomento de la participación.

 

Las experiencias de los museos en el marco de la educación para la ciudadanía

A continuación, se pudieron seguir varias intervenciones que permitieron conocer buenas prácticas y experiencias de diversos museos en el marco de la educación para la ciudadanía. El primero de los ponentes en intervenir fue Albert Batlles, jefe del Departamento de Educación y Actividades del NAT (Museo de Ciencias Naturales de Barcelona). Batlles presentó el modelo didáctico del museo, iniciado hace más de diez años, coincidiendo con la inauguración de la nueva sede en el Parque del Fórum. Este cambio se vio como una oportunidad para repensar el servicio educativo, un paso que contó con asesoramiento del mundo universitario y con la experiencia del equipo del museo, imprescindible para realizar una implementación realista y sostenible en el tiempo.

El nuevo planteamiento se caracteriza por unas actividades con un esqueleto didáctico bien definido, basado en la secuencia enseñanza-aprendizaje. Las dinámicas se inician con una exploración de ideas previas para averiguar qué sabe el grupo sobre el tema tratado y se trabaja de forma que los conocimientos se construyan de forma autónoma, a partir de las herramientas que se facilitan, del contacto con el patrimonio y del acompañamiento de los educadores. Todo ello requiere el tiempo suficiente para desarrollar la metodología y se procura encontrar un equilibrio entre lo que el grupo aprende (rigor científico) y la forma en que lo aprende (rigor didáctico). Se cuida mucho el diseño de los materiales y la presentación de los elementos patrimoniales para que las actividades sean seductoras. Igualmente, se trata de hacer atractivas las propuestas entrando en diálogo con otras disciplinas no científicas. También se vela por hacer referencia a la naturaleza del territorio para fomentar el aprecio y la protección de las especies locales.

El equipo educativo es la columna vertebral del modelo didáctico del museo: es multidisciplinar e interviene en el diseño, la ejecución y la evaluación de las actividades. Esto implica que la institución crea firmemente en el proyecto y que se priorice la calidad de las actividades por encima de la cantidad.

Siguiendo el título de la ponencia, “Luces y sombras de un modelo didáctico propio”, Batlles mencionó lo que consideraba que son las sombras del modelo educativo. Se refirió a que el museo no ofrece visitas guiadas al uso y que no se aborda toda la exposición permanente en una única actividad. Con el fin de paliar la ausencia de determinados niveles educativos, diseñan actividades para sus currículos, o bien se desplazan a los centros, como es el caso de las guarderías, por la dificultad logística de mover al alumnado.

A continuación, intervino Catalina Lozano, comisaria jefa del Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco (Artium Museoa) de Vitoria, que presentó Plazaratu (en euskera, “salir a la luz”, “hacer público”). Plazaratu es un paraguas que agrupa varios subproyectos, diferentes propuestas de artistas para replantear el papel de Artium en Vitoria y en su contexto más inmediato. Se trata de un conjunto de acciones transversales que han ido transformando el museo para convertirlo en un espacio de convivencia y de intercambio con la ciudadanía.

Entre las propuestas, Lozano habló también de Magnet-Erakarri, un proyecto educativo piloto de colaboración con Barrutia Ikastola, impulsado por el Ayuntamiento de Vitoria. De tres años de duración, consistía en implementar el currículum escolar a través del arte y aprender metodologías que los docentes podrían replicar en la escuela. El museo hacía públicos los procesos creativos y experimentaba con la colectivización de la producción de arte y con nuevas experiencias pedagógicas. Se propuso a los alumnos proyectar “la escuela deseada” mediante maquetas para sugerir la transformación del espacio (jardines, huertos, espacios de juegos, etc.) y, junto con un audiovisual realizado en colaboración con dos artistas, se expusieron en el museo. El Ayuntamiento está implementando algunas de estas propuestas.

El artista Antonio Ballester Moreno también se integró en el proyecto Magnet-Erakarri construyendo con los alumnos una serie de muebles expuestos en el museo. Estas acciones han ido transformando la plaza interior de Artium en un espacio público más del barrio y en un lugar de encuentro de la comunidad. Un grupo de vecinas voluntarias cuida el jardín y se realizan actividades para vincular el interior y el exterior del museo.

Por último, Lozano se refirió a la exposición Tierra de los amigos, de la artista colombiana Carolina Caycedo, que buscaba generar diálogo entre temas de justicia social y justicia ambiental y logró llevar al museo parte de la comunidad colombiana de Vitoria, la población migrante más numerosa de la ciudad.

A continuación, Bastien Colas, jefe del Servicio Cultural del Musée des Beaux-Arts de Lyon (Francia), trató sobre el reto de implicar a la ciudadanía y llegar a diferentes públicos desde un gran museo de una gran metrópolis que pone la educación en el centro de la acción. El Musée des Beaux-Arts de Lyon es municipal. Nació en el siglo XIX y se renovó en los años ochenta del siglo XX, momento en el que no se priorizaba la experiencia del visitante. Por tanto, tiene una museografía poco didáctica centrada en la descripción de la historia del arte. Esto hace que la labor de mediación oral sea fundamental para transferir conocimientos y hacer vivir emociones a los visitantes.

Colas mencionó la Carta de Cooperación Cultural de Lyon como el marco político en el que se enmarca el compromiso de acción hacia los colectivos que no visitan el museo habitualmente, por razones culturales o de salud, etc. En este sentido, mencionó el programa estatal 100% Educación Artística y Cultural que promueve que todos los niños y adolescentes puedan beneficiarse de acciones para entrar en contacto con el arte y la cultura durante su recorrido académico. También cuentan con las Cartas de Barrio, mapas estatales que identifican zonas de la ciudad donde la renta media es más baja para intentar crear vínculos, especialmente con las escuelas. Para el programa pedagógico, disponen de un docente que hace de enlace con los centros educativos y que promueve una oferta de actividades adaptada al currículum académico.

El ponente explicó que las actividades que se ofrecen a personas con diversidad funcional también sirven como mecanismo de innovación para un público más amplio que desea acercarse a las obras desde otra óptica, mediante nuevas experiencias. Para las personas con trastorno del espectro autista cuentan con una aplicación con consejos prácticos para la visita y recursos como un plano sensorial. Por último, mencionó alianzas como la que tienen con un cine cercano que realiza proyecciones relacionadas con las exposiciones, o con un escritor de una novela policíaca para adolescentes ambientada en el museo, que colabora con alumnos de instituto.

Seguidamente, Jordina Boix, directora de la Fundación Jacint Verdaguer de Folgueroles, presentó el proceso de revisión y renovación del proyecto educativo de la Casa Museo Verdaguer, un museo monográfico ubicado en la casa en la que se crio el poeta Verdaguer.

Antes de centrarse en el proceso del plan estratégico, Boix expuso la situación que los llevó a plantearse una renovación del plan educativo. El equipamiento presenta una museización muy sobria basada en la biografía de Verdaguer y en el contexto cotidiano de finales del siglo XIX; un espacio para creaciones artísticas contemporáneas relacionadas con la obra del escritor, y una biblioteca. La falta de elementos interpretativos en la museografía hace que la mediación sea esencial para que el visitante tenga una experiencia positiva. Hasta ahora, dos personas realizaban visitas guiadas y rutas literarias por el territorio. Aparte de renovar el proyecto educativo con una propuesta potente y coherente y la ampliación del equipo educativo con seis educadores externos, el plan estratégico también quería reforzar la implicación y la cohesión de todo el equipo y unificar el discurso que transmitir al público.

Los agentes implicados en la elaboración del nuevo proyecto fueron el equipo del museo y una serie de colaboradores del territorio. Se partió de un diagnóstico del proyecto educativo y de varias sesiones de debate con colaboradores y referentes educativos del entorno. Las sugerencias obtenidas se sumaron a los resultados de una encuesta formulada a un centenar de docentes usuarios del museo, sobre contenidos de interés para el público escolar. El análisis de buenas prácticas reveló que la clave del éxito radicaba en generar complicidades con los centros educativos y con entidades del entorno, y en tratar de dar respuesta a sus necesidades.

En la última fase se definieron los segmentos estratégicos de público con los que la institución puede crear vínculos fuertes y estables. Se acotó el listado de públicos, hasta unas dimensiones alcanzables, condicionado a la canalización de esfuerzos y a los recursos disponibles. Finalmente, se priorizaron los centros de educación formal (especialmente primaria y secundaria) y no formal (aulas de extensión universitaria o centros de formación de adultos, entre otros).

Por último, se efectuó la conceptualización de propuestas de valor para cada uno de los segmentos de público prioritarios, tratando de entender la relación entre el museo y los centros educativos como una cooperación entre instituciones con objetivos iguales, dejando de lado la lógica tradicional de oferta-demanda, dirigiéndose a los centros con propuestas que respondieran a sus necesidades. El objetivo era generar complicidades, utilizando metodologías experimentales y de aprendizaje activo basadas en la participación del alumnado, con el fin de implicarlo y motivarlo.

Al final de la mañana, Esther Fuertes, coordinadora y responsable del Departamento de Actividades y Educación del Museo Nacional de Arte de Cataluña, iniciaba su ponencia haciendo referencia a la necesidad que tenemos, en la sociedad actual, de dialogar sobre las diferencias y llegar a consensos, y de la potencialidad del arte como vehículo para ello. Para el MNAC, el marco de referencia de la acción educativa son los seis vectores del nuevo currículum de la educación básica, los ODS de la Agenda 2030, y la Estrategia del Patrimonio Europeo para el Siglo XXI, impulsada por el Consejo de Europa. Estos documentos comparten metas orientadas a construir un mundo más justo, igualitario y sostenible e invitan a abordar los conflictos desde la reflexión y el diálogo.

Para contextualizar este marco, Fuertes contó dos experiencias de colaboración entre el museo y la comunidad educativa para crear vínculos con colectivos vulnerables. Crecemos con el Arte fue un proyecto colaborativo con una escuela cercana que cuenta con alumnado de procedencias muy diversas, lo que implica, a menudo, problemas de comunicación. El objetivo principal era encontrar una metodología de aprendizaje que hiciera de esta diversidad un factor de enriquecimiento, sin olvidar otros como estimular la expresión libre y creativa, reforzar la participación o desarrollar el pensamiento flexible, crítico y riguroso. La metodología educativa escogida fue la de las Estrategias de Pensamiento Visual (VTS), que surgió en los años ochenta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. En la VTS, la obra de arte no es el objeto de estudio sino el elemento mediador que permite al individuo reflexionar sobre sí mismo y el mundo que le rodea. Desde el museo se formaron algunos maestros en el papel de facilitadores, y se empezó a trabajar con grupos-motor, que realizaban una parte de las sesiones en el museo y el resto en el aula. Con la observación de cuatro grupos-clase durante un año se comprobó que las sesiones se convertían en espacios de empoderamiento de los niños, de detección de sus vivencias y emociones y de aprendizaje del catalán. A raíz de este primer proyecto exitoso, el museo revisó las prácticas educativas. Invitaron a Philipp Yenawine, uno de los cocreadores de la metodología VTS, para formar al equipo de educadores, y se decidió replicar la experiencia con adultos.

La otra experiencia, El Arte de Hablar (2017-2023), es un programa de innovación del Departamento de Educación, en el que el MNAC colabora con centros de formación de adultos con el objetivo de mejorar la competencia oral y las oportunidades de acceso a la cultura. El punto de partida del proyecto es la dificultad para encontrar lugares para la práctica del catalán oral entre alumnos, la mayoría recién llegados y de culturas muy diversas. Al igual que en el proyecto anterior, en las visitas al museo el facilitador promueve la reflexión y la conversación entre los miembros del grupo a partir de las obras de arte. Desde el museo también se formó al profesorado, para que ellos mismos pudieran conducir la actividad de forma autónoma, en función de las experiencias, intereses y bagaje cultural de cada grupo.

La tarde se inició con la intervención de Mariëlle Pals, jefa de Programas del Wereldmuseum de los Países Bajos, que presentó cómo plantean, mediante actividades interactivas y multidisciplinares, la estrategia de educación para la ciudadanía dirigida a niños y jóvenes. El Wereldmuseum, el Museo Nacional de las Culturas del Mundo de los Países Bajos, agrupa a cuatro museos de carácter etnográfico: el Tropenmuseum (Ámsterdam), el Museum Volkenkunde (Leiden), el Wereldmuseum (Rotterdam) y el Afrika Museum (Berg en Dal).

La ponente empezó con una reflexión sobre el papel social de los museos y, en concreto, de los museos etnográficos, en el contexto actual. La visión del Wereldmuseum parte de la reflexión sobre conceptos universales que nos unen como seres humanos y que a su vez conectan pasado, presente y futuro. En consecuencia, el museo ya no es una ventana para mirar a territorios lejanos —el mundo del otro— desde la óptica etnocéntrica del siglo XIX, sino una plataforma de intercambio de culturas en un escenario colaborativo internacional. En este contexto, el objeto etnográfico pierde la connotación más peyorativa del concepto de artesanía y recobra la plena significación como objeto patrimonial, con todo lo que ello conlleva.

Pals también expuso las características que debe tener un museo del siglo XXI desde el punto de vista pedagógico, según la red internacional de profesionales de museos Hands on!, a partir de conceptos como aprendizaje a través del juego, multisensorialidad o cambio constante. Estos conceptos fundamentan el aprendizaje del Tropenmuseum Junior, basado en la educación holística y en las experiencias inmersivas multisensoriales. Cuentan con una "puerta inmersiva", un espacio de entrada a las exposiciones que se transforma en función de cada proyecto, pero que siempre incluye una experiencia vivencial para los niños. Por ejemplo, se convirtió en un vagón de tren en una exposición sobre la economía informal de Mumbaio, o una selva con lianas de tejidos reutilizados en una muestra sobre identidades mixtas y Brasil.

En el Wereldmuseum programan actividades participativas sobre temas concretos a partir de objetos de la colección, como un taller sobre la ceremonia china del té con el acompañamiento de una mediadora de origen chino. También realizan acciones fuera del museo que se convierten en puertas de entrada de la comunidad y fomentan la participación de públicos heterogéneos.

Pals también mencionó la importancia de contar con mediadores originarios de la cultura de cada actividad y de incluir ópticas diversas en los procesos de creación. Y es que, si se quiere trabajar desde nuevas perspectivas, es necesaria una estrategia de acción encaminada a reforzar la diversidad y la inclusión, con la participación imprescindible de los colectivos presentes en la comunidad.

Eva Pascual Miró, conservadora del Museo del Juguete de Cataluña-Figueres, explicó a continuación la génesis, el desarrollo y el resultado del proyecto colaborativo de creación de una exposición itinerante sobre juguetes y género entre el museo y la red de escuelas asociativas La Bressola, que trabaja por la recuperación de la lengua y la cultura catalanas en la Cataluña Norte. Iniciado a finales del año 2021, se desarrolló a lo largo de dos cursos escolares con la financiación de dos subvenciones del Eurodistrito para proyectos de cooperación en el Espacio Catalán Transfronterizo.

 

Durante la primera fase del proyecto se realizaron formaciones con docentes y alumnos sobre juguetes y género a partir de las colecciones del museo. Al mismo tiempo que un grupo motor realizaba sesiones de trabajo de reflexión y cocreación colaborativa para elaborar los contenidos de la exposición. Los frutos de esta primera parte fueron el guión y las ilustraciones preliminares de la exposición, que corrieron a cargo de Robert Garcia (Estudio Gaur). En la segunda fase del proyecto, siguiendo la misma metodología colaborativa, se acabó la conceptualización y se validaron los textos, ilustraciones y diseño final, y se produjo la exposición y los recursos educativos asociados.

La muestra resultante, ¡Juega! Una reflexión de los niños sobre juguetes y género, se inauguró en marzo de 2023 en el Colegio Mas Rosselló (Canet de Rosselló) e itineró posteriormente por el resto de centros de La Bressola. El recorrido se iniciaba con un espacio introductorio que ponía en valor la variante dialectal del catalán septentrional con una serie de palabras presentes en la exposición. En los siguientes ámbitos, los contenidos se adentraban en los roles de género asignados tradicionalmente a hombres y mujeres desde la infancia y su reflejo en los juegos y juguetes; los valores que transmiten y su contribución a perpetuar los estereotipos, e ideas de los niños para construir un futuro libre de sexismos.

Marta Argelagués Llauradó, responsable del Programa de Exposiciones y de las propuestas de dinamización y difusión del patrimonio cultural del Museo de Historia de Cerdanyola, se refirió al concepto de vocación comunitaria, que ya se incluye en el ADN del museo. Este sello se remonta al año 1987, cuando nació el Colectivo de Investigación Arqueológica de Cerdanyola (CRAC) a raíz de las primeras excavaciones en el yacimiento de Ca n'Oliver. Esta entidad, embrión del futuro museo, ya tenía como objetivo generar en la población un sentimiento de pertenencia basado en el conocimiento y aprecio por el patrimonio del territorio. Más tarde, el Ayuntamiento creó un pequeño servicio para dar continuidad a la labor del CRAC y en 1998, después de muchos años de reivindicación ciudadana, se inauguró el Museo Ca n'Ortadó con una exposición permanente sobre la historia de la población. Finalmente, en 2010 se inauguró el Museo de Ca n'Oliver, con la exposición permanente Cerdanyola, tierra de íberos. Este nuevo equipamiento supuso un gran salto cualitativo en la programación y permitió multiplicar tanto la oferta educativa como la de ocio.

Actualmente, el museo ofrece un gran número de actividades. Según Argelagués, la experiencia de más de tres décadas les confirma que las actividades participativas son "lo que hace vivo el museo", lo que hace que la comunidad local lo sienta como un espacio propio. Trabajan dirigiéndose a todos los públicos, teniendo presente la conexión intergeneracional y las relaciones entre personas con distintos intereses y necesidades, y sólo ofrecen actividades dirigidas a colectivos concretos cuando reciben peticiones específicas.

La ponente mencionó varias propuestas que ejemplifican la implicación de la población local en el museo. El taller colaborativo Cómo hacer un poblado ibérico o una de las actividades más populares del museo, Camino de justicia, una marcha nocturna que recorre el atajo que realizó Berenguer de Saltells, de Cerdanyola, en Nochebuena del año 1350 para llegar al monasterio de Sant Cugat, donde asesinó al Abad Biure. Entre las últimas actividades de participación se encuentra el llamado Escamot Balay, un grupo de voluntarios, asesorado por el personal técnico del equipamiento, que realiza tareas museísticas de apoyo o el Fin de Semana Ibérico, el gran evento anual del museo. Con todo este bagaje, no es de extrañar que el emblema del museo, un dibujo ibérico de un pájaro, haya inspirado a la bestia de fuego e imagen de los Diablos de Cerdanyola.

En la última intervención, Montse Mallol, directora de los Museos de Olot, explicó el replanteamiento de los centros respecto a su relación con la comunidad local a partir de los proyectos participativos.

Señalaba que los Museos de Olot son tres centros —el Museo de La Garrotxa, el Museo de los Santos y la Casa Museo Can Trincheria— gestionados conjuntamente y que disponen de un equipo reducido. Asimismo, la realidad social de la ciudad es plural y multicultural, con un alto porcentaje de familias recién llegadas. Según Mallol, la mayoría "no conocen el museo, no saben dónde está, qué se hace en él ni qué les puede aportar", porque tienen otras prioridades y necesidades en su vida diaria.

Hace unos años, el museo empezó a reflexionar sobre su papel en este panorama complejo y en cómo interesar, interpelar e incluso conmover a esta población. Se abrió un proceso participativo para consultar a la ciudadanía qué museo quería, y a partir de ahí se definió un plan estratégico. Convocaron un amplio espectro de colectivos y se realizaron sesiones de trabajo para conocer opiniones y sugerencias. Las demandas expresadas iban en la dirección de convertir el museo en un espacio seguro e inclusivo en el que conversar sobre temas conectados con la actualidad mediante el arte, un espacio abierto y participativo donde el ciudadano no fuera un sujeto pasivo. La conclusión de este proceso de escucha fue un cambio de percepción del museo, de su posicionamiento y de su forma de trabajar.

Con la nueva orientación se llevaron a cabo varios proyectos. Yo lo expongo (2019-2020) fue la primera experiencia de cocreación participativa, donde se invitó a hacer de comisarios a personas de la comunidad, que escogieron piezas de la reserva del museo, y el público votó cuál merecía incorporarse a la muestra permanente. La exposición logró un récord de visitantes y sirvió para tejer complicidades con el vecindario y multiplicar su implicación.

La iniciativa El museo entra en casa (2021) iba dirigida a las personas mayores de dos residencias cercanas al museo en el contexto de aislamiento por la pandemia de la covid. Algunos residentes, en pequeños grupos-burbuja, pudieron entrar en las reservas y elegir una prenda para disfrutarla donde residían durante veinticuatro horas. El fotógrafo Pep Sau retrató a las personas junto a la obra escogida y se hicieron banderolas que se colgaron en la fachada de las residencias con motivo del Día Internacional de los Museos.

La ponente se refirió también a la experiencia Miradas compartidas (2022), un proyecto colaborativo y cocreativo intergeneracional entre las personas mayores de una residencia y jóvenes de primero de ESO. Tomando como inspiración la escultura Niños jugando, de Leonci Quera, y después de varios encuentros para compartir experiencias e ideas en torno al tema del juego, los jóvenes propusieron pequeños proyectos artísticos para realizar con la gente mayor. Se hicieron una serie de talleres en el patio de la residencia y, finalmente, se realizó una exposición de las creaciones en el museo.

Por último, el proyecto Barro. Identidades híbridas consistió en una serie de talleres en los que diez mujeres migrantes conversaron con el artista y arteterapeuta de origen colombiano María Camila Sanjinés sobre temas como la experiencia del desarraigo, la migración y las identidades híbridas. Las piezas surgidas de los diálogos y trabajos con barro se exponen en el museo.

Mallol concluyó señalando la importancia de contar con el perfil profesional del mediador artístico y cultural para acercar el arte a diversos colectivos. Considera fundamental que desde la dirección del museo se ponga a las personas en el centro de la acción y que todo el equipo lo comparta y se comprometa. Se trata de un proceso largo y lento donde hay que dar pequeños pasos y persistir para conseguir los resultados deseados.

Para finalizar

El pedagogo y filósofo John Dewey afirmaba que "la educación es un proceso de la vida y no una preparación para la vida", y éste ha sido el punto de partida para la organización de esta 35ª Jornada de la XML. Ciertamente, visitar un museo es siempre una experiencia de aprendizaje, que nos ayuda a ampliar nuestro conocimiento y nuestra capacidad de interpretar el mundo que nos rodea en todos sus ámbitos; pero las diversas experiencias presentadas a lo largo de la Jornada pusieron de manifiesto que el verdadero valor educativo del museo en tanto que espacio público es, precisamente, su capacidad de convertirse en un espacio de diálogo, de relación y de conexión entre las personas.

La educación adopta, de este modo, una perspectiva holística e integradora destinada no sólo a proporcionar el aprendizaje de saberes, conocimientos y prácticas, sino también de aquellos valores y actitudes necesarios para aprender a vivir (y convivir) dentro de la comunidad donde estamos inmersos. El valor educativo del museo radica, pues, en consolidarse como un espacio socializador en el que vivir y compartir experiencias sensoriales y cognitivas destinadas a incrementar el bienestar emocional e intelectual de las personas. Pero, sobre todo, se convierte en un espacio al servicio de la comunidad, destinado a fomentar el bienestar social basado en la justicia, la igualdad y la paz social; un entorno en el que crecer y evolucionar a nivel individual, pero sobre todo donde crecer y evolucionar como sociedad. Como dice la filósofa Marina Garcés, "educar es aprender juntos a vivir y aprender a vivir juntos".

Bibliografía

Artium Museoa, Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco. https://www.artium.eus

Da Milano, Cristina. “Museums, audiences, citizens”. (12 de diciembre de 2023). XXXV Jornada de Museos Locales 2023: Museos para crecer. El rol de los museos en la educación para la ciudadanía. https://www.diba.cat/documents/d/opc/museums-audiences-citizens_da-milano_format-opc-pdf

Fundación Jacint Verdaguer. https://www.verdaguer.cat 

Musée des Beaux-Arts de Lyon. https://www.mba-lyon.fr

Museo de Ciencias Naturales de Barcelona. https://museuciencies.cat

Museo de Historia de Cerdanyola. https://museucanoliver.cat

Museo del Juguete de Cataluña. https://www.mjc.cat

Museo Nacional de Arte de Cataluña. https://museunacional.cat

Museos de Olot. https://museus.olot.cat

Wereldmuseum. https://amsterdam.wereldmuseum.nl

 

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