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Número 12, año 2022
Revista Catalana de Museologia

“Un objeto, tres visiones. Museo virtual de integración”: una experiencia dentro de la museología participativa

Aina Ferrero Horrach

Fecha publicación: 31/03/2022


Relato

Fecha publicación: 31/03/2022

Relato

Abstract

 La historia del Museo del Calzado y de la Industria es la de un museo de esencia comunitaria que, aunque nació con la voluntad de homenajear la historia industrial de su pueblo, se inauguró en un momento de malestar y crisis en el sector del calzado por el cierre de numerosas fábricas. En los últimos años, el museo ha experimentado un fuerte proceso de transformación para tender puentes con la comunidad que lo acoge y otorgarle el papel protagonista: desde la elección de la nueva museografía hasta la programación anual. El museo ha recibido el Premio Ibermuseos de Educación 2020 por el proyecto “Un objeto, tres visiones. Museo virtual de integración”, enraizado en el marco de la museología participativa. El proyecto ha supuesto la continuación del trabajo iniciado previamente para documentar la memoria oral vinculada con la industria del calzado, la revalorización de un oficio tradicional para favorecer un nuevo resurgimiento y la recuperación socioeconómica del municipio, el reconocimiento de la diversidad cultural de Inca para integrarla dentro de la programación del museo, y el fomento del diálogo intergeneracional e intercultural para que las nuevas generaciones de la población conozcan su pasado industrial y lo puedan proyectar hacia el futuro.

La historia del museo

La del Museo del Calzado de Inca es la historia de un museo de esencia comunitaria que, a pesar de nacer con la voluntad de homenajear la historia industrial de su pueblo, se inauguró en un momento de malestar y crisis en el sector del calzado por el cierre de numerosas fábricas. Y es que, aunque la idea de realizar un museo dedicado al calzado en Inca era una cuestión debatida e incluso deseada desde hacía años, la realidad es que, en el momento de su inauguración, en el 2010, más que como un homenaje, el museo se percibió como una especie de monumento funerario “en honor” a la industria menguante. Lo que realmente quería el sector del calzado, en aquellos momentos, era seguir luchando con el apoyo de los organismos públicos para evitar el cierre de más fábricas y la pérdida de miles de puestos de trabajo, no un museo que recordara su pasado glorioso.

Los primeros años de vida del museo estuvieron marcados por la inestabilidad de personal y los continuos cambios en la dirección. Así pues, en 2017, cuando entró un nuevo equipo de gestión, se llevó a cabo un importante estudio de público en el que se detectó una evidente desconexión entre el museo y su comunidad. Por tanto, uno de los primeros objetivos marcados fue tender puentes con la comunidad otorgándole un papel protagonista en la redefinición de su museo.

En este estudio de público, compuesto por una parte de evaluación previa y una parte de evaluación formativa, (1) se llevaron a cabo encuestas a pie de calle, sondeos telefónicos, focus group —en los que los participantes visitaban el museo y daban después su opinión sobre cómo mejorarlo—, y encuestas a visitantes reales. El estudio dejó claras varias circunstancias.

De entrada, el museo, siete años después de su inauguración, seguía siendo desconocido para la mayoría de los habitantes de Inca. Seis de cada diez encuestados ni siquiera conocían la existencia del museo, ubicado en un antiguo cuartel, por cierto, bien visible en la trama urbanística de la ciudad de Inca, de 30.000 habitantes.

El estudio dejó constancia también de las carencias a nivel museográfico y museológico de la institución. Ahora, se tenía la oportunidad para dar voz a los habitantes de la comarca para que decidieran, con el apoyo del equipo técnico del museo y de los especialistas del calzado, cómo debía ser contada su historia. En términos muy generales, el pueblo reclamó más orden en el discurso museográfico, muchas más explicaciones de los objetos expuestos, más fotografías, más ilustraciones, más vídeos, más recursos interactivos y más color. Pedían un museo más amable, que mostrara su historia, pero que no fuera simplemente un cementerio de máquinas. Se logró un gran éxito: contar con la participación de AFACA, la Asociación de Fabricantes y Auxiliares de Calzado, que trasladó al equipo directivo su apoyo siempre que la nueva concepción del museo mostrara la industria del calzado no como una industria muerta, sino en plena lucha de transformación para adaptarse al nuevo mercado.

La noticia de la renovación del museo corrió como la pólvora por todo el pueblo y fueron numerosas las muestras de apoyo y colaboración: desde la escuela de carpintería del Ayuntamiento de Inca, que incluyó dentro de sus planes de estudio de ese año la fabricación de parte del nuevo mobiliario expositivo, hasta la cesión de muchas piezas nuevas para incrementar la colección del museo, pasando por la donación económica y en especies por parte de empresas de la comarca.

El trabajo fue duro e intenso. Se convocó un concurso para elegir a la empresa de diseño museográfico que debía emprender la difícil tarea de optimizar los recursos económicos y materiales de que disponía ya el museo. De hecho, una de las premisas del concurso fue reutilizar al máximo el mobiliario, transformando todo lo necesario. Tatum & Golomb resultó la empresa ganadora, por ser capaz de suplir las dificultades económicas con una gran dosis de creatividad e ingenio.

Por otra parte, se entendió la urgencia de documentar los saberes tradicionales vinculados a la producción del calzado, por lo que se inició un gran trabajo de recuperación de la memoria oral de los antiguos zapateros y zapateras y personas vinculadas con las industrias auxiliares de calzado. Se grabaron documentales donde se mostraba la forma de fabricar el zapato típico de la zona, llamado Goodyear, a partir de las máquinas de la colección del museo. Este mismo documental sirvió para realizar las ilustraciones que debían acompañar a las explicaciones de las máquinas y las guías de sala. Se inició un proyecto a largo plazo llamado "Historias de calzado", en el que periódicamente se entrevistaban antiguos profesionales del sector para dejar documentadas sus historias, que culminaban en un encuentro presentación en el museo con motivo de la "Pieza del mes".

Durante la etapa de producción y diseño de la nueva exposición permanente, se llevó a cabo la llamada evaluación formativa, para probar los prototipos de paneles, cartelas y otros elementos para ver la adecuación del diseño, los colores, el tamaño de la letra o el tipo de lenguaje empleado.

Después de un año de trabajo iniciado a finales de 2017 con el citado estudio de público, el 30 de noviembre de 2018 se reinauguraba el Museo del Calzado, que también asumía un cambio de nombre (pasando de ser Museo del Calzado y de la Piel a ser llamado Museo del Calzado y de la Industria, para englobar así más empresas auxiliares), en medio de una grandísima expectación, la asistencia de los principales representantes de la industria del calzado, de la representación de la sociedad de Inca, de profesionales de la museología y de numerosísimos colaboradores, donantes y participantes en el cambio del museo.

Aquel 30 de noviembre de 2018 marcaba el inicio de una nueva etapa para el museo, que se proponía que el lema de trabajar “desde y para la comunidad” fuera el que rigiera su hoja de ruta para conseguir, en definitiva, un museo comunitario, participativo y con vocación social, siguiendo los postulados de los ecomuseos industriales, y ser un espejo donde la ciudad de Inca se reflejara y a la vez sirviera para incentivar a la industria local fomentando el bienestar social y económico.

Los siguientes años de trabajo estuvieron determinados por la voluntad de ampliar públicos atendiendo, en primera instancia, al público infantil, proponiendo nuevos recursos y espacios de mediación adaptados a sus necesidades.

A finales del año 2020, año en el que se había fijado como objetivo responder a la realidad social del pueblo e involucrar a más colectivos sociales dentro de la dinámica del museo, se inició el proyecto socioeducativo “Un objeto, tres visiones. Museo virtual de integración”, que resultó premiado en el Premio Ibermuseos de Educación, promovido por Ibermuseos, la Secretaría General Iberoamericana, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, AECID y Cooperación Española.

 

El Premio Ibermuseos

El 30 de junio de 2020 la institución Ibermuseos publicaba la convocatoria de la undécima edición del Premio Ibermuseos de Educación, una iniciativa realizada anualmente desde 2010 con el objetivo de fortalecer la función social de los museos a través del fomento a la realización de programas y proyectos educativos.

En concreto, la convocatoria de 2020 iba destinada a museos, museos comunitarios e iniciativas de base comunitaria de los 22 países iberoamericanos, que hubieran tenido que suspender o limitar sus actividades por la pandemia de la covid-19, y que presentaran un proyecto educativo para ser realizado total o parcialmente en un medio virtual.

En esta edición se presentaron 210 proyectos de 16 países distintos. De entre todas las iniciativas a concurso, después de dos etapas de evaluación formadas por las comisiones nacionales y la comisión especial de evaluación, se seleccionarían los 20 museos ganadores, que recibirían 2.500 dólares para ayudar a desarrollar el proyecto presentado.(2)

Lo que interesaba premiar a los organizadores eran aquellas propuestas que pusieran en valor el patrimonio a través de la educación, para conseguir una sociedad más equitativa, democrática e inclusiva. Propuestas que estimularan el diálogo y la colaboración con actores sociales, culturales y económicos; las prácticas de base comunitaria; las prácticas sostenibles en términos sociales, culturales, ambientales y económicos; aquellas que otorgaran el protagonismo a los niños, a los jóvenes y a los grupos históricamente excluidos; las que promovieran la equidad de género y el papel de la mujer en la construcción de memoria social, y la inclusión de personas con diversidad funcional.(3)

Así pues, las bases de la convocatoria de Ibermuseos estaban en total consonancia con los objetivos fijados por el Museo del Calzado y de la Industria, de tal modo que se decidió participar en el premio presentando un proyecto que sería adecuado no solo a las bases del concurso sino a los objetivos del museo.

El proyecto

Inca y la comarca del Raiguer han vivido en los últimos años un fuerte proceso migratorio que ha marcado una nueva realidad poblacional que, en ocasiones, ha motivado algunas tensiones entre la población autóctona y la recién llegada.

Por otra parte, gracias a talleres e iniciativas llevadas a cabo previamente en el museo, se había podido constatar que las nuevas generaciones desconocen la relevancia para la comarca de un oficio tradicional, el de la producción de calzado, que ha sido una de las señas de identidad más características de la zona.

El proyecto presentado, de base comunitaria, pretendía poner en valor el trabajo artesanal de producción de calzado característico de la comarca, con la intención de conectar varios colectivos sociales (personas mayores, jóvenes e inmigrantes), poner en valor el patrimonio material e inmaterial relacionado con un oficio en vías de extinción, incentivar la recuperación y sostenibilidad económica del sector, y promover prácticas de consumo sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

Un factor que tuvo un peso decisivo en el tipo de proyecto que se ideó fue la situación sanitaria del momento. El Museo del Calzado de Inca, al igual que otros muchos museos de todo el mundo, se vio obligado a cerrar sus puertas durante la primera mitad del año con motivo de la pandemia. En el momento de su reapertura, el día 1 de junio de 2021, lo hizo adaptando su gestión y programación a las difíciles circunstancias que se inscribían en las que tantas veces se llegó a llamar “la nueva normalidad”. Así pues, el proyecto no solo daba respuesta al contexto sociocultural de Inca, sino que lo hacía desde la perspectiva de la actualidad marcada por la covid-19.

La base del proyecto, llamado “Un objeto, tres visiones. Museo virtual de integración”, era la de crear grupos de trabajo de tres personas, formados, precisamente, por un integrante de los colectivos sociales mencionados: una persona mayor vinculada a la industria del calzado, una persona no nacida en Inca y un joven. Estos grupos llevarían a cabo conversaciones en torno a un objeto, o a un proceso inmaterial vinculado a la industria del calzado tradicional, generando un diálogo no solo intergeneracional sino también intercultural.

Este diálogo debería estar marcado por el potencial del contraste de visiones, conocimientos y aprendizaje tridireccional aportado por cada una de las diferentes perspectivas de los miembros del equipo de trabajo, inspiradas, en un primer término, por el objeto elegido por el miembro anciano de cada grupo. De este modo, se haría efectiva la premisa del título del proyecto: la de proyectar tres visiones distintas sobre un mismo objeto.

Estas conversaciones se llevarían a cabo por medios telemáticos, con reuniones que serían grabadas, analizadas, archivadas y puestas a disposición de todo el mundo a través de la web del museo.

Paralelamente se grabaría un documental que sería estrenado el día de la inauguración de la exposición temporal en el museo.

Los objetivos

Lo que se esperaba conseguir con el proyecto era un triple objetivo: devolver el protagonismo, y con ello el sentido de utilidad, a los ancianos de la comarca, revalorizar el oficio tradicional de producción de calzado, contribuyendo a un nuevo resurgimiento y una nueva recuperación económica, documentar la memoria oral vinculada a la industria del calzado, reconociendo la diversidad cultural de Inca, integrándola como parte esencial en la programación del museo para poder llegar a una sociedad en transición y en movimiento, haciendo, además, que las personas llegadas de otros lugares conocieran la historia y el patrimonio de la ciudad para que pudieran integrarlo como propio.

Desarrollo del proyecto

1. Las reuniones preparatorias

Para llevar a cabo el proyecto, el primer paso fue contactar con las principales asociaciones de jóvenes, ancianos e inmigrantes de Inca. Además, se contó con una colaboración especial del departamento de salud mental del hospital comarcal, que propuso como participantes a varios de sus antiguos pacientes que se habían dedicado a la industria del calzado. El personal del museo actuaría como facilitador y observador del proceso, documentando el desarrollo del proyecto, dinamizando y coordinando.

Así pues, se convocaron las primeras reuniones grupales, segmentadas según los tres tipos distintos de participantes. Las reuniones de las personas mayores y de los inmigrantes se llevaron a cabo en el museo; la de los jóvenes se desarrolló de forma telemática. El objetivo de estas reuniones era explicar el proyecto a los participantes, ofrecer un punto de encuentro entre ellos y que fueran ellos mismos los que compartieran y debatieran qué puntos podían ser interesantes para tratar en las futuras reuniones a tres.

El siguiente paso fue convocar una reunión física, en el museo, con todos los participantes, para que, una vez hechas las oportunas presentaciones, fueran ellos mismos los que eligieran con quién formar grupo. Esta reunión sirvió para que los miembros más jóvenes del proyecto instalaran la aplicación Zoom en los móviles de los participantes más grandes o a aquellos que lo necesitaran; se explicó su funcionamiento, y se realizaron las pruebas adecuadas. Además, el aprender a utilizar l’aplicació Zoom en plena pandemia tuvo beneficios también a nivel personal, ya que hizo que los mayores tuvieran una nueva herramienta para poder relacionarse a distancia con sus familiares durante el confinamiento. Ese mismo día, por su parte, sirvió para pactar el cronograma de la realización de las futuras reuniones a tres.

2. Las reuniones a tres

Después de la reunión conjunta, se formaron ocho grupos de tres personas. La primera reunión a tres, es decir, la compuesta por un antiguo trabajador/a de la industria del calzado, un/a inmigrante y un/a joven de la comarca, se llevó a cabo el 13 de marzo de 2021. Durante las semanas posteriores se desarrollaron las reuniones a tres siguientes, en las que se generaron las conversaciones en torno al objeto u objetos elegidos por el antiguo trabajador o trabajadora de la industria. Todas las reuniones fueron grabadas a través de la aplicación de videoconferencias Zoom.

De este modo, Mercedes, ripuntadora y sindicalista, eligió contar a Amadou de Senegal y a Rayan, un joven marroquí, a través de un delantal, un dedal y una serie de recortes de prensa sobre las huelgas realizadas por los sindicatos del calzado durante la crisis del sector, sus recuerdos vinculados a la industria del calzado, tantas veces entremezclados entre las vivencias personales y las profesionales.

Ángel, por su parte, se sirvió de un par de zapatos realizados por él mismo, para contar su experiencia como modelista a Heliana, también diseñadora de zapatos de Brasil, y a Ariann, quien, con la candidez propia de un niño, le formulaba una serie de preguntas curiosas.

Carmen, también ripuntadora, recordaba a través de una plancha artesanal y unas palas de piel, con una mezcla de humor y melancolía, cómo llegó a la isla con 15 años para trabajar en las fábricas de calzado. Rachida, de Marruecos, se sintió muy cercana a Carmen, y le contó, bajo la atenta mirada de Xavi, un joven de Inca de familia de zapateros, que ella de joven hacía babuchas artísticas en su país.

La profesión de los cortadores de piel, uno de las ocupaciones más difíciles en del proceso de fabricación del calzado, fue contada con pasión por Rafel. Con él se entendió el profundo respeto que los zapateros tienen por su preciada materia prima. Rafel, que mostró con orgullo un gran trozo de piel a Paula y Carla, explicó cómo cada elemento del zapato está fabricado con una parte diferente de la piel.

Tomeu, nostálgico del tiempo pasado, representó la visión de los empresarios sobre el auge y el declive del sector. Llorenç escuchó con avidez su relato y Simona, de Rumanía, compartió su percepción de la industria del calzado a través de las vivencias de su suegra, de Inca y también zapatera.

La visión de Maria Antònia mostró la vida de tantos habitantes de Inca que nacieron a mediados del siglo XX. Una vida que se centraba en el trabajo, en los sonidos y en los olores de la piel. El joven Reyad, hijo de marroquíes, solicitaba curioso cuestiones de carácter más personal, mientras que Yaneth, de México, escuchaba atentamente.

Francisca, antigua trabajadora en una empresa de trenzado, explicó a Simona y a su hijo Gorka, de Rumanía, la infancia de muchos niños y niñas que desde pequeños se vieron obligados a trabajar en las fábricas para ayudar a su familia. Era el inicio de un trabajo que, en su caso y en el de otras muchas mujeres, supondría, años más tarde, un paso importante para la emancipación femenina.

Una industria con un desarrollo tan importante como fue la del calzado propició el nacimiento de otras muchas industrias auxiliares y profesiones afines. Una de las más necesarias, sin duda alguna, fue la de los mecánicos de las máquinas de las fábricas. Ricardo, especializado en la reparación de máquinas de trenzado de pelo, explica las complejidades de su trabajo, mientras Yulay, de El Salvador, comentó que la piel típica de su país era la de cocodrilo, y Aina, joven de Inca, se interesó por las antiguas condiciones laborales.(4)

3. La exposición temporal

Una vez finalizadas las reuniones a tres, se empezó con la preparación de la exposición temporal con la colaboración activa de los participantes. De entrada se inventariaron todos los objetos cedidos por los miembros más mayores de cada grupo, que aportaron información técnica y detallada de estos. Se transcribieron todas las conversaciones generadas para tenerlas documentadas y facilitar la selección de las partes que deberían ir acompañando a los objetos en el vídeo resumen que se proyectaría a través de tablets junto a cada vitrina. Se pidió a todos los participantes que explicaran, con una sola palabra, qué había significado para ellos la participación en esta experiencia para poder expresar de forma gráfica el sentido del proyecto, escribiendo junto a cada objeto tres visiones diferentes en torno a él. Finalmente, también se realizó una selección de fotografías del desarrollo del proyecto.

El 20 de mayo de 2021 se inauguró la exposición temporal y se estrenó el documental. Este día constituyó una fecha señalada en el desarrollo del proyecto, puesto que significaba la reunión de todos los participantes y la materialización más evidente del sentido del museo participativo. Los participantes veían sus fotografías, sus vídeos, sus objetos, sus palabras, sus ideas expuestas, literalmente, en las paredes del museo. Fue un día de fiesta y de reconocimiento, de reencuentro y de proyección y planes de futuro.

4. La exposición virtual

La exposición virtual representaba una de las partes centrales en el proyecto. Se trataba de documentar, no solo todo el proceso, sino salvaguardar la memoria oral y toda la información documental que se había ido generando a lo largo de las conversaciones de los distintos grupos. Por este motivo, una semana después de inaugurar la exposición temporal física, también se inauguró en la web del museo la exposición virtual que da nombre al proyecto —Un objeto, tres visiones. Museo virtual de integración, donde quedarían almacenadas las conversaciones de los ocho grupos, el documental y las fotografías de todo el proyecto: https://museu.incaciutat.com/premi-ibermuseos/.

5. El acto de clausura

El 18 de noviembre de 2021, coincidiendo con el día festivo más importante en Inca, el Dijous Bo, se llevó a cabo la clausura del proyecto, como último día para poder visitar la exposición temporal, con la celebración de un acto de reconocimiento a todos los participantes y la entrega de diplomas. Este día se constató la consolidación del museo como un espacio emotivo de encuentro por parte de los participantes, en un ambiente lúdico y distendido, que manifestaron su deseo de dar continuidad al proyecto además de ofrecerse para colaborar en futuras iniciativas del museo.

Conclusiones

Los objetos no tienen memoria por sí mismos; es la proyección que cada persona hace sobre ellos lo que les otorga significado. La idea social del museo participativo constituye la hoja de ruta del Museo del Calzado y de la Industria de Inca con la iniciativa “Un objeto, tres visiones. Museo virtual de integración”. Con su desarrollo, los participantes, que a su vez también han asumido el rol de educadores, mediadores y de visitantes dentro del museo, han experimentado una relación afectiva con la oferta museística de su municipio.

Este proyecto ha significado reconocer la diversidad poblacional de Inca, dando una dimensión más amplia del concepto del museo participativo, incluyendo distintos grupos sociales que son el reflejo de la sociedad actual de Inca. El museo se ha convertido en un espacio neutro de encuentro entre la comunidad autóctona y la migrante para compartir saberes y vivencias. Con este proyecto se han sembrado las semillas para iniciar una colaboración sostenible y duradera en el tiempo, para consolidarse como herramienta de trabajo para la inclusión social, la recuperación de valores históricos y tradicionales y el acceso a la cultura por parte de un sector cada vez más amplio de la población.

Se ha puesto en valor el trabajo de generaciones de personas que dedicaron su vida a la industria del calzado, documentando su memoria oral y reconociendo su utilidad en la sociedad actual como transmisores de conocimientos y experiencias. El diálogo conseguido entre los distintos colectivos implicados ha permitido que cada uno de ellos aporte sus propios conocimientos, todos ellos necesarios para desarrollar el proyecto. De esta forma, los participantes se han sentido útiles y al mismo tiempo se han enriquecido a nivel personal y colectivo.

La innovación de este proyecto se ha basado en la implementación de un abordaje metodológico intercultural e intergeneracional. En tiempos de pandemia, la utilidad de las TIC se ha hecho más evidente que nunca. Con las TIC, no sólo se han tratado temáticas de interés social como la crisis de la fabricación tradicional del calzado, el cierre de numerosas fábricas del municipio, la necesidad de la recuperación económica del sector y la integración intercultural de la sociedad de Inca trabajando por la convivencia cívica y armoniosa, no siempre fácil de conseguir, sino que además se han transferido conocimientos útiles para la vida personal de los participantes.

"Es la mejor experiencia de mi vida", dijo Rayan, de 12 años. “He hecho nuevos amigos”, apuntó Ariann, de 9 años. Por su parte, Ricardo, jubilado, expresó la importancia de recuperar la memoria oral, Francisca, de 60 años, manifestó la alegría por haber podido colaborar, y Xavi, joven de Inca, señaló que con esta iniciativa había entendido la necesidad de que los que hoy en día son los jóvenes, en unos años puedan ser las personas mayores que expliquen a los jóvenes del futuro la historia de su ciudad para seguir evolucionando.

Reconocimiento, inclusión y aprendizaje: tres visiones en torno a una misma experiencia que ejemplifican el sentir de los participantes de una aventura que significa el punto de partida para seguir trabajando dentro de la museología participativa.

Notas


(1)

Pérez Santos, E. (2000). Estudio de visitantes en museos. Metodología y aplicaciones. Gijón. Ed. Trea.

(1)

Pérez Santos, E. (2000). Estudio de visitantes en museos. Metodología y aplicaciones. Gijón. Ed. Trea.

(3)

Convocatoria de Ibermuseos: http://www.ibermuseos.org/wp-content/uploads/2020/06/edital-piem-2020-ibermuseus-es-final.pdf [Consulta: 3 de febrero de 2022].

(3)

Convocatoria de Ibermuseos: http://www.ibermuseos.org/wp-content/uploads/2020/06/edital-piem-2020-ibermuseus-es-final.pdf [Consulta: 3 de febrero de 2022].

(4)

Ferrero Horrach, A.: Ripoll Planas, A. (2021). “Museu del Calçat i de la Indústria d’Inca. 11 Premi Ibermuseos d’Educació”, en Jornades d’Estudis Locals d’Inca. Ayuntamiento de Inca.

(4)

Ferrero Horrach, A.: Ripoll Planas, A. (2021). “Museu del Calçat i de la Indústria d’Inca. 11 Premi Ibermuseos d’Educació”, en Jornades d’Estudis Locals d’Inca. Ayuntamiento de Inca.

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