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Número 12, año 2022
Revista Catalana de Museologia

XXXIII Jornadas de la Red de Museos Locales: Museos y SOStenibilidad: de la misión a la acción. Crónica y reflexiones

Laura Costa Mateo. Jefe de la Unidad de la Red de Museos Locales

Fecha publicación: 11/05/2022


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Fecha publicación: 11/05/2022

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Abstract

El 17 y 18 de noviembre de 2021 se celebraron en el Espacio Francesca Bonnemaison de la Diputación de Barcelona, con retransmisión en directo vía Zoom, las XXXIII Jornadas de la Red de Museos Locales bajo el título “Museos y SOStenibilidad: de la misión a la acción”. A lo largo de los dos días especialistas referentes en la materia y varios profesionales de museos y equipamientos culturales reflexionaron sobre el papel de los museos ante la emergencia climática, cómo abordar el encaje de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en los diferentes ámbitos de actividad y gestión museística, a la vez que se presentaron diversas experiencias y acciones realizadas por diferentes equipamientos en relación con la sostenibilidad, que son un buen ejemplo de trabajo a favor de una sociedad más sostenible, justa e igualitaria.

En este artículo se recogen las aportaciones efectuadas por los diferentes ponentes que intervinieron, así como una reflexión final a modo de conclusión.

La crisis provocada por la pandemia de la covid-19 conmocionó al mundo entero, afectando a todas las esferas de nuestra vida. El planeta ha tenido que hacer frente a una crisis mundial sin precedentes en todos los niveles: sanitaria en primer lugar, pero también económica, social y ambiental; una crisis sistémica, que ha evidenciado la fragilidad de nuestros ecosistemas y ha hecho reflexionar sobre la interrelación entre el ser humano y la naturaleza, y sus conexiones con la salud planetaria. En este contexto, la Agenda 2030 ha adquirido más relevancia que nunca, y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituye un objetivo a alcanzar sin dilación por todas las instituciones y organizaciones. La incorporación de criterios sostenibles en todas las dimensiones (económica, organizativa y funcional) se ha convertido en una prioridad, y los museos no son una excepción. ¿Cómo pueden los museos, a partir del amplio y diverso conocimiento que almacenan, ayudar a crear entornos más sostenibles y habitables? ¿Cómo pueden contribuir con su acción a construir una sociedad más justa e igualitaria?

Ante estas y otras muchas preguntas, se planteaba la necesidad de efectuar una reflexión sobre cuál debe ser el papel de los museos ante esta crisis ecosocial y cómo abordar el encaje de los ODS en los diferentes ámbitos de la actividad y la gestión museística. Desde la Diputación de Barcelona y la Red de Museos Locales creímos oportuno y necesario ofrecer un espacio de debate y reflexión a los profesionales del sector museístico para tratar estas cuestiones y compartir ideas y estrategias realizadas por distintos museos en relación con la sostenibilidad. Con el título "Museos y SOStenibilidad: de la misión a la acción", se celebraba el 17 y 18 de noviembre de 2021, por primera vez en un formato híbrido (presencial en el Espacio Francesca Bonnemaison de la Diputación de Barcelona y online a través de la plataforma Zoom), las XXXIII Jornadas de la Red de Museos Locales, que contaron con la participación de numerosos ponentes nacionales e internacionales y más de doscientos inscritos.

La ponencia inaugural, “Hacía una cultura centrada en la sostenibilidad de la vida”, corrió a cargo de Yayo Herrero, antropóloga, investigadora y profesora en los ámbitos de la ecología política, los ecofeminismos y la educación para la sostenibilidad. Con la intención de despertarnos una conciencia crítica, y con un discurso directo, desgarrador y sobrecogedor, nos alertó de la grave situación de emergencia planetaria en la que nos encontramos; una verdadera "crisis ecosocial", como la definió, que afecta a las relaciones de las personas con la naturaleza como resultado de la "colisión del funcionamiento de los sistemas naturales con nuestro sistema agro-urbano-industrial". Las consecuencias son evidentes: cambio climático, pérdida de biodiversidad, contaminación química, desigualdades en todos los niveles… Son consecuencias que nos conducen hacia una destrucción de la vida planetaria sin precedentes.

¿Pero cómo hemos llegado a esta situación de crisis planetaria? Las causas, según Herrero, han sido diversas: lo que llama "analfabetismo ecológico", es decir, el distanciamiento del ser humano respecto a la naturaleza y su contemplación desde la superioridad y la instrumentalización; la contradicción entre los límites físicos del planeta y una economía expansiva; y la invisibilidad de las relaciones de cuidado a nivel social, indispensables para sostener las vidas. Y relacionó estas causas con dos principios básicos: la ecodependencia y la interdependencia de la vida humana. Dependemos de la naturaleza para la obtención de bienes que satisfagan nuestras necesidades y dependemos socialmente de los demás, y muy especialmente en determinados momentos de nuestro ciclo vital. En definitiva, somos seres vulnerables y dependientes, y afirmaba que la crisis en la que nos encontramos es también producto de haber obviado estos dos principios.

Ante esta constatación, la ponente reclamó la necesidad de construir una nueva realidad social basada en el principio de suficiencia (aprender a vivir con lo suficiente), el reparto de la riqueza y de las obligaciones, y que sitúe la vida y los cuidados en el centro de las políticas públicas. Instaba así a las instituciones, las organizaciones y las infraestructuras de proximidad (escuelas, centros de salud, bibliotecas y por supuesto museos) a reposicionar la vida y las necesidades de las personas en el centro de sus acciones, desde una mirada ecofeminista, y a fomentar la vinculación con el territorio. Tejer comunidad, vincularse al barrio y al pueblo; estar conectados desde la afectividad para contrarrestar el individualismo; alentar (y celebrar) la diversidad de todo tipo y luchar contra las actitudes discriminatorias; denunciar el actual modelo de desarrollo basado en el crecimiento ilimitado, y recoger los saberes tradicionales, que deben conducirnos a conductas más sostenibles, son algunas de las acciones que propuso adoptar. Y declaró que los museos, y especialmente los museos locales, como centros de proximidad, son sin duda espacios idóneos para llevar a cabo estas acciones. No solo por su función como transmisores de conocimientos y saberes, sino por su capacidad de tejer estos vínculos con la comunidad y el territorio, para educar a la ciudadanía en estos nuevos valores y contribuir, así, a construir un nuevo modelo de sociedad más justa, equitativa y sostenible.

En la siguiente ponencia, “Los museos locales y los ODS: nuestro proyecto común para un futuro mejor”, Henry McGhie, consultor y miembro del grupo de trabajo de sostenibilidad del ICOM, pasó de la teoría a la praxis, y en un discurso claro y pragmático nos presentó una serie de recursos destinados a conectar la acción del museo con los objetivos de la Agenda 2030 y los ODS. Partió también de ese contexto de crisis, de un mundo lleno de desequilibrios y desigualdades, para definir el concepto de “desarrollo sostenible”, que consiste en satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para cubrir sus necesidades. Y es por eso que es necesario recuperar el equilibrio entre la dimensión económica, la social y la natural del planeta. "Todos formamos parte del mismo ecosistema", afirmaba, conectando con la idea de dependencia e interdependencia de Yayo Herrero.

"Transformar nuestro mundo". Este fue el lema bajo el que se definió la Agenda 2030, el principal programa actual de apoyo al desarrollo sostenible, acordado por unanimidad por las Naciones Unidas en 2015. McGhie nos hizo una clara exposición de los contenidos de esta hoja de ruta y de los diecisiete ODS que se incluyen en ella, basados en los principios de protección y promoción de los derechos humanos y ambientales, sin dejar a nadie atrás. Son unos principios que resumió en cinco ideas clave, que denominó las 5 P: Personas, Planeta, Prosperidad, Paz y Partenariado. El objetivo final es restablecer el equilibrio entre las tres dimensiones de la sostenibilidad (social, económica y ambiental), todo un verdadero reto teniendo en cuenta que estamos a menos de una década de la fecha marcada por la Agenda 2030.

Y para ayudar a los museos en esta tarea, McGhie expuso las herramientas y recursos que ha diseñado: una guía con siete actividades y un programa complementario, que incluye un planificador de acciones, con orientaciones precisas para alinear el trabajo de los museos con la consecución de los ODS y evaluar sus resultados. Proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural; desarrollar acciones educativas que fomenten el desarrollo sostenible; promover la participación cultural de toda la comunidad; apoyar el desarrollo económico local a través del turismo sostenible; contribuir a la investigación, especialmente la relacionada con la conservación de la biodiversidad; conseguir un liderazgo interno sólido y orientado a la mejora de nuestra acción, así como un liderazgo externo que fomente la colaboración con otros sectores y agentes, son las principales ideas incluidas en esta guía.

Por último, McGhie puso de relieve que los ODS no son solo un objetivo que alcanzar por los gobiernos, son una invitación a todos los sectores de la sociedad a colaborar y participar en la consecución de la Agenda 2030. Y puso en valor el papel social de los museos, destacando una vez más la calidad de estos equipamientos como centros de proximidad capaces de estar cerca de las personas y conectados con el entorno inmediato.

Finalmente, y para cerrar esta primera parte del programa, Michel Lazinger, a partir de su experiencia al frente del Museo de las Ciencias de Trento, presentó la ponencia “La responsabilidad de los museos en la construcción de comunidades sostenibles”, conectando reflexiones teóricas de los dos ponentes anteriores con la acción que desarrolla el museo que dirige. El ponente expuso su concepto de "museo extenso", cuya acción va más allá de las disciplinas y las propias colecciones, y que tiene como prioridad el territorio. Y puso el foco en el concepto de “paisaje cultural”, entendido como el espacio vital en el que se desarrollan las comunidades y donde se representa la identidad y el sentido de pertenencia. ¿Qué es la cultura sino la forma en que una comunidad se relaciona con el territorio (y con la naturaleza) y cómo percibe esta relación? El ponente volvió a conectar así con la idea del binomio cultura-naturaleza, entendido como un conjunto de interrelaciones indisolubles y necesarias que se encuentran en la base de la construcción social de la comunidad, idea también expresada por los dos ponentes anteriores.

Lazinger afirmó que uno de los valores de los museos es ayudar a leer e interpretar el territorio y recopilar las historias de las personas que lo habitan. El museo debe ser un espacio de reencuentro de y con la comunidad, un espacio que refuerce el sentido de pertenencia, y a la vez un espacio de experiencia para el visitante. En este sentido, los museos se convierten en agentes importantes para el desarrollo del territorio y del turismo sostenible, en tanto que son capaces de explicar este paisaje a los visitantes desde la empatía. El papel educativo del museo va más allá de la didáctica. Bajo estas premisas, el Museo de las Ciencias de Trento, dedicado a la cultura alpina, desarrolla proyectos y actividades con el territorio más inmediato —los Dolomitas—, que incluyen el trabajo en red con las otras sedes, así como la participación de la comunidad.

Según el ponente, nos encontramos ante un cambio de paradigma, en el que el museo está pasando de ser un espacio de conservación e interpretación del pasado a ser un "museo activista", según sus palabras, un espacio donde las comunidades se reencuentran y repiensan la propia cultura. “Los museos están expandiendo sus servicios públicos más que sus colecciones, deben convertirse en verdaderos hubs culturales, participados por la ciudadanía, y deben ser relevantes para la comunidad local, con la que deben tener una relación estrecha y significativa”.

 

De la misión a la acción: ejemplos prácticos de trabajo sostenible en los museos

Y de la misión a cumplir por los museos y las reflexiones en torno a la sostenibilidad expuestas el primer día de las jornadas, se pasó a la acción y la praxis con la presentación de propuestas de trabajo concretas a lo largo del segundo día. Varios museos tomaron la palabra para explicar así el trabajo que realizan para alinearse con los ODS en los diferentes ámbitos de acción: desde la programación hasta la educación, pasando por la relación con el territorio y la comunidad, sin olvidar la sostenibilidad de los edificios o la gestión de los equipos humanos.

La primera intervención, “Cultura, ruralidad y sostenibilidad: el caso del Museo de la Vida Rural”, de Gemma Carbó, directora de este equipamiento situado en La Espluga de Francolí, reanudó el concepto de “paisaje cultural” para contextualizar el museo en este entorno rural, mediterráneo y poco poblado que es la Conca de Barberà. ¿Y se preguntó qué significa ser un museo de la vida rural en el siglo XXI?

Concebido como un “museo vivo” ligado a la vida y la tierra, el museo desarrolla una importante labor en la recuperación de saberes y oficios tradicionales (de sistemas de explotación ecológicos, de oficios como la cestería o la carpintería, de saberes ligados a procesos de producción tradicionales, etc.). Esta recuperación de saberes y oficios, que se realiza en colaboración con la comunidad, contribuye, además, a generar puestos de trabajo y actividad económica en el territorio, más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. "No hay nada más sostenible que la vida rural", afirmaba la ponente. Reivindicó el importante papel del museo no sólo en la recuperación del patrimonio cultural y natural, sino también como un importante agente de desarrollo local, un verdadero “museo activista” como lo definiría Lazinger.

 

 

Las intervenciones siguientes, de Xavier Font, jefe de la Oficina Técnica de Turismo de la Diputación de Barcelona, “El proyecto Compromiso para la Sostenibilidad Turística Destino Barcelona Biosphere”, seguida de la de Txema Romero, “La implantación de la certificación Biosphere en el Museo de Arte de Cerdanyola. Estrategias y retos para la sostenibilidad en los museos locales”, como responsable de este museo, fueron encaminadas a mostrar el trabajo que está realizando la Diputación de Barcelona para alinear la labor de los agentes del sector turístico (a través del ejemplo de un museo) con los ODS, trabajando así a favor de un turismo más sostenible.

El proyecto “Compromiso para la Sostenibilidad Turística Destino Barcelona Biosphere” es una herramienta destinada a los agentes del sector turístico de las comarcas de Barcelona (agencias de viajes, comercios, así como centros culturales y museos) que se basa en tres acciones: formación e información, manual de buenas prácticas y talleres colectivos. Es una metodología de trabajo que incluye un plan de mejora destinado a alcanzar determinados objetivos de sostenibilidad establecidos con el fin de obtener esta certificación turística. El objetivo es reconocer a aquellas entidades que apuestan por una gestión respetuosa con el medio ambiente, la cultura y el retorno social y económico.

Txema Romero explicó el proceso de obtención de esta certificación del Museo de Arte de Cerdanyola, labor que conectó con la vocación social del museo y el trabajo que realiza para garantizar la accesibilidad y la inclusión de todos los colectivos (personas mayores, mujeres, colectivos con discapacidades, LGTBI, etc.). Este proceso no solo les ha ayudado a “poner orden” e introducir mejoras en el edificio con criterios de sostenibilidad, sino también a generar alianzas y complicidades con otros agentes del territorio (productores de vino, etc.) con el objetivo de difundir el legado cultural que les es común.

Destacó que este trabajo les ha permitido conectar las tres dimensiones de la sostenibilidad (ambiental, económica y social), e hizo especial énfasis en esta última, afirmando que sostenibilidad es cuidar también a las personas (idea ya expresada por Yayo Herrero), de las que nos visitan, pero también de las que trabajan. Hizo una firme denuncia de la situación de precariedad que sufren algunos sectores profesionales de los museos, como los dedicados al servicio educativo, así como la poca eficiencia de los procesos de gestión interna. "La sostenibilidad también implica velar por los equipos de trabajo y por el buen funcionamiento de los museos", afirmó. Los retos a los que se enfrentan los museos son trabajar para convertirse en unos equipamientos sostenibles, pero también y sobre todo para ser unos espacios comprometidos con las personas y en los que todo el mundo se sienta representado e incluido.

El compromiso social del museo también fue la idea central de la siguiente ponencia, “La sostenibilidad en la práctica de un museo local. La experiencia del Museo del Ter”, expuesta por su director, Carles Garcia. Este museo, que tiene una clara vocación territorial y una consolidada tradición de trabajo en el ámbito de la sostenibilidad y el compromiso con el entorno, pone en el centro de su acción la participación, la accesibilidad, la educación, la inclusión y la democratización de la memoria. Tiene dos líneas de trabajo: la ciencia y la técnica (es un museo industrial) y el medio ambiente y las ciencias naturales (incluye el Centro de Estudios de los Ríos Mediterráneos como área ambiental), que se compatibilizan con otras líneas vinculadas a la historia, la sociedad y la recuperación de la memoria.

En cuanto al programa, Carles Garcia explicó algunas de las acciones de investigación, educación y sensibilización que han llevado a cabo vinculadas a la sostenibilidad medioambiental: actividades de descubrimiento de la biodiversidad, de producción de energía renovable con la turbina, etc. Pero también expuso otras vinculadas a la sostenibilidad social: recuperación de la historia invisible de las mujeres trabajadoras de la fábrica, de la memoria de los pisos de Can Garcia construidos en los años sesenta para albergar la ola migratoria procedente del sur de la Península, o el proyecto Magnet de partenariado educativo, destinado a reducir la segregación escolar. Estas acciones han permitido al museo tejer vínculos afectivos con la comunidad y el territorio, convirtiéndolo en un espacio de reconocimiento y representación de los colectivos infrarrepresentados. Asimismo, puso énfasis en el importante papel social y educativo de los museos, remarcando que son plataformas expertas en divulgación y sensibilización que “sabemos hacer cosas que los demás no saben hacer”, a la vez que constituyen sólidas instituciones científicas, lo que les otorga credibilidad y rigor en un mundo en el que imperan las fake news y la desinformación. Y concluyó con que los museos deben trabajar pensando comunitariamente y deben estar al servicio de la sociedad.

La ponente siguiente, Ana Andrés, responsable del área de educación de la Fundación Cerezales Antonio y Cinia, con su ponencia “Sebe, alubia, buey: ecología de los saberes en comunidad”, volvió a poner el foco en la recuperación de la tradición, el trabajo con la comunidad y la necesidad de revitalizar el territorio, ideas ya expresadas por Gemma Carbó. Explicó que estas tres palabras (sebe, alubia, buey) recogen la esencia y misión de la institución. Ubicada en un edificio construido con criterios sostenibles y de eficiencia energética situado en una zona montañosa en el norte de la provincia de León, la Fundación Cerezales está dedicada a la recuperación de los saberes tradicionales ligados a la tierra, a la transferencia de conocimiento y la etnoeducación, y al desarrollo sostenible del territorio y de la comunidad. Y lo hace a través de dos vías de acción: la investigación, y la producción y difusión de actividades de fomento y creación artística contemporánea. Los talleres y las actividades están vinculados a ciclos temáticos relacionados con los ciclos de la naturaleza y del trabajo en el campo (Herbarium, Fungi, Nubla, Labranza...), que conectan la recuperación de la tradición con la ciencia, el arte y la creación contemporánea, reivindicando el trabajo transversal e interdisciplinar.

Asimismo, Ana Andrés remarcó la importancia de las alianzas, poniendo énfasis en que el centro no es solo un centro cultural, sino que está integrado en una comunidad que les asesora y con la que desarrolla proyectos conjuntos. Hay que mantener vínculos de cariño con los vecinos y las vecinas —“Es muy importante conocer y valorar a los vecinos”, afirmaba—, y huir de tendencias paternalistas. La fundación se convierte en un espacio destinado a revalorizar el pasado, para repensar el presente y construir el futuro. Y enlazando con la ponencia de Yayo Herrero, concluyó: “En estos tiempos complejos de crisis ecosocial, las llamadas periferias pueden ser también el nuevo centro. Un centro que cuide, investigue y ponga en valor el trabajo de nuestros vecinos, que atesoran saberes esenciales para el sostenimiento de nuestras vidas”.

La sexta experiencia, “Criterios de sostenibilidad en los museos. Museo Marítimo de Mallorca”, la presentó Albert Forés, director de este equipamiento. Al igual que Carles Garcia, concibe el museo como un "museo de territorio", un espacio de conexión y de unión entre los diferentes sectores que trabajan vinculados al mar; un espacio de conciencia, de opinión pública y de diálogo. Afirmó que es necesario entender la sostenibilidad como un trabajo transversal, que va más allá de la sostenibilidad ambiental, y que incluye otros ámbitos de acción; la sostenibilidad social es básica y fundamental, y se basa en poner a las personas en el centro de la acción, incluyendo también a los trabajadores de los museos. Hay que velar por los derechos y las condiciones laborales del personal de los museos, una reivindicación también expresada por Txema Romero; la sostenibilidad social comienza, pues, por cuidar de los propios equipos.

Expuso algunas de las acciones que han realizado en diferentes ámbitos en relación con la sostenibilidad desde esta óptica transversal: desde el trabajo social con los mayores del barrio para recuperar la memoria y la tradición marítima, hasta la implementación de medidas para mejorar la accesibilidad física y cognitiva al museo (accesos y mobiliario, señalización, incorporación de lengua de signos, lectura fácil, bucles magnéticos, etc.), pasando por la introducción de criterios sostenibles en la producción de actividades y exposiciones (ecodiseño). Y expuso el decálogo de acciones y buenas prácticas realizadas por el museo: Semana Azul, conservar el patrimonio marítimo, reducir el consumo de plásticos, recuperar vocabulario marinero, cuidar la posidonia, recuperar la visibilidad de la gente de mar, los oficios de mar, las mujeres de mar, el pescado de proximidad, etc. Y al igual que el Museo de la Vida Rural de La Espluga de Francolí o de la Fundación Cerezales utilizan el arte y la creación artística en sus actividades para sensibilizar y concienciar sobre determinados temas. Forés reivindicó así el poder educativo y de sensibilización del arte y de la expresión artística: "Donde no llega la búsqueda, llega el arte, que te emociona y te despierta los sentimientos", concluyó el ponente.

La última intervención, “Una historia de sostenibilidad y creatividad”, corrió a cargo de Elisa Hernández de Pablo, responsable del Área de Medio Ambiente de La Casa Encendida de Madrid. La ponente habló de sostenibilidad programática e institucional, e hizo hincapié en dos aspectos: la idea de “multicapa” a la hora de abordar las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad, es decir, que la sostenibilidad afecta de forma transversal varios ámbitos del museo (la gestión de residuos, consumo energético, diseño de mobiliario y materiales utilizados, contratación de servicios, etc.), y la importancia de la creatividad a la hora de trabajar y desarrollar acciones sostenibles. "Para ser sostenibles hay que ser creativos", declaraba. La creatividad es necesaria para innovar y poder seguir avanzando en el desarrollo sostenible y debe contarse, además, con un liderazgo fuerte que se sitúe a la cabeza y gestione el cambio.

La acción de La Casa Encendida gira en torno a cuatro áreas de actuación —Cultura, Solidaridad, Medio Ambiente y Educación—, que trabajan transversalmente programando actividades de sensibilización, comunicación y educación ambiental relacionadas con temas actuales que interpelan a la ciudadanía y plantean cuestiones en relación con la forma en que queremos habitar nuestro territorio. Programan actividades de carácter “macro” (encuentros y foros internacionales sobre el cambio climático, etc.) con otras de carácter “micro” destinadas al público local (intercambios de esquejes, talleres y cursos, salidas a la naturaleza, ciclo “Huerto y ciudad”, etc.). Al igual que el resto de los ponentes, insistió en la importancia de ser un centro de encuentro y orientación para la ciudadanía, y destacó su papel para decodificar y reinterpretar temas científicos y hacerlos accesibles a todos: “Si bien somos un centro cultural en medio de la ciudad, nuestro rol es que nos vinculemos entre nosotros y conectemos con la naturaleza”.

¿Y a partir de ahora, qué? Hacia la construcción de una nueva cultura basada en la sostenibilidad

Las diferentes ponencias de las jornadas y el debate final pusieron de manifiesto que, en esta dimensión holística de la sostenibilidad, la acción social de los museos ha adquirido una importancia primordial. Los museos han pasado de mirar el pasado a hablar del presente e interrogarse por el futuro. Y en ese cambio de paradigma han dejado de ser un actor pasivo, dedicado a la conservación del pasado, y tienen un importante papel en la construcción de la sociedad del futuro.

En cuanto a la dimensión social de los museos, los distintos ponentes destacaron la importancia de su papel educador y de sensibilización en la generación de una cultura basada en la sostenibilidad; su capacidad concienciadora y de generar miradas críticas capaces de producir pequeños cambios hace de estos equipamientos unos verdaderos agentes impulsores del cambio y la transformación social.

Pero también se evidenció que esta transformación social no la podemos realizar sin contar con la complicidad de la comunidad, entendida no solo como la destinataria de nuestras acciones, que deben ser inclusivas y sostenibles en todas las dimensiones, sino que también debe poder participar activamente en la generación de las nuevas propuestas encaminadas a la construcción de esta nueva realidad social. Y para que esta participación de la comunidad sea posible, es indispensable buscar alianzas y generar vínculos, así como unos valores compartidos. Unos vínculos que, basados en la solidaridad y el bien común, deben conducirnos hacia una nueva cultura más resiliente, solidaria y sostenible.

Según el sociólogo Eric Klinenberg, "la construcción de valores compartidos requiere espacios compartidos", y los museos, y en especial los museos locales, por su proximidad con la comunidad, su capacidad evocadora, de construir referentes y afianzar el sentido de pertenencia, de transportarnos hacia el pasado y proyectarnos hacia el futuro, y en definitiva de conectarnos con las propias emociones, pueden convertirse sin duda en unos espacios idóneos para generar y establecer estos vínculos, no sólo con la comunidad, sino también con el territorio y la naturaleza, con el planeta.

Ser capaces de generar estos vínculos es el principal reto que se nos plantea en los museos, y desde la Red de Museos Locales de la Diputación de Barcelona continuaremos trabajando para generar complicidades, espacios y proyectos compartidos, para tejer red y comunidad, que es la base para la construcción de una nueva sociedad más sostenible, igualitaria y respetuosa con el entorno y, en definitiva, con nosotros mismos.

Enlaces de interés:

Puede consultar toda la información de las jornadas y los vídeos de los ponentes en:

https://www.diba.cat/en/web/opc/-/xxxiii-jornades-museus-locals.

McGhie, HA (2019). Museums and the Sustainable Development Goals. Curating Tomorrow, UK: https://curatingtomorrow236646048.files.wordpress.com/2019/12/museums-and-the-sustainable-development-goals-2019.pdf.

McGhie, HA (2021). Mainstreaming the Sustainable Development Goals in Galleries, Libraries, Archives and Museums. Curating Tomorrow, UK: https://curatingtomorrow236646048.files.wordpress.com/2021/11/mainstreaming-the-sustainable-development-goals-in-galleries-libraries-archives-and-museums-curating-tomorrow-2021.pdf.

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