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Número 12, año 2022
Revista Catalana de Museologia

Los íberos, protagonistas de la reciente oferta expositiva en arqueología

Fecha publicación: 28/11/2022


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Fecha publicación: 28/11/2022

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Abstract

Entre los años 2021 y 2022 ha coincidido, en España, un número destacado de exposiciones temporales en arqueología y concretamente dedicadas a la cultura de los íberos, bien desde un enfoque global o bien a través de aspectos más específicos. En el presente trabajo analizamos estas muestras incidiendo en su discurso, organización y presentación museográfica.

1. Introducción

Los últimos tiempos han sido inusuales desde muchos puntos de vista, también desde la perspectiva cultural. Tras la catástrofe mundial que representó la pandemia de la Covid-19, que estalló a principios del 2019, era necesario remontar. A medida que se iban superando las limitaciones en la organización de eventos, las instituciones museísticas públicas y privadas se han ido esforzando por volver a la normalidad y recuperar la oferta cultural presencial. En este contexto, recibimos el encargo de comisariar una exposición temporal dedicada al mundo ibérico que se inauguraría en 2021 en la sede central del Museo de Arqueología de Cataluña (MAC) en Barcelona. Mientras la preparábamos, nos dimos cuenta de que, en poco tiempo, coincidirían varias muestras dedicadas al mismo tema en España y que, en paralelo, se sucederían las efemérides relacionadas con el descubrimiento del arte ibérico y con momentos clave en la historia de la arqueología iberista. Los íberos volverían a la actualidad con fuerza. En este artículo hacemos un análisis de las principales experiencias expositivas inauguradas durante 2021 y que en ciertos casos perduran hasta 2022.

2. Exposiciones

Picasso íbero (Centro Botín, Santander)

Entre las diferentes iniciativas temporales que comentamos, la del Centro Botín en Santander fue la primera en inaugurarse y la más singular al reunir la obra de uno de los mejores artistas del siglo XX, Pablo Picasso, con las piezas de la cultura ibérica, más de dos mil años anteriores.

Organizada por el Centro Botín, Banco de Santander y el Musée National Picasso-Paris, con Cécile Godefroy como comisaria y Roberto Ontañón como comisario asociado, estuvo abierta entre el 1 de mayo y el 12 de septiembre de 2021. Ocupaba en torno a 1.300 m2 y la visitaron 65.644 personas.(1)

El punto de encuentro entre Picasso y la arqueología son dos bustos en piedra procedentes del santuario del Cerro de los Santos conservados en París. Picasso entró en contacto con el arte ibérico a través del Musée du Louvre en 1906, cuando se organizó una exposición con esculturas procedentes del Cerro de los Santos (Albacete) y de Osuna (Sevilla). Al museo había ido a parar una buena colección ibérica, donde destacaban la Dama de Elche (adquirida en 1897) y los pequeños exvotos, que era toda una novedad cultural en ese momento.

El objetivo de los comisarios ha sido mostrar cómo este “descubrimiento” impactó en Picasso, influenció en su proceso creativo y transformó su obra, dando paso a un profundo estudio formal que le llevó hasta el cubismo. No olvidemos que dos cabezas del Cerro de los Santos —que habían sido sustraídas del Musée du Louvre— las tuvo el artista durante un par de años en su casa.

El foco estaba puesto, pues, en Picasso; el hilo conductor de la muestra y el elemento de atracción para el público en una exposición de gran formato que recorre toda su trayectoria y en la que el arte de los íberos aparecerá como referente, inspirador de planteamientos formales y en el uso de nuevos materiales. Un ejemplo de ello son los exvotos de bronce, de los que Picasso llegó a adquirir noventa y cinco para su colección.

El espacio expositivo diáfano, abierto, una ventaja que ofrece un edificio moderno del arquitecto Renzo Piano, se adecuó con una museografía, sobria y al mismo tiempo contundente, con volúmenes y vitrinas que separaban y daban forma a los diferentes espacios, jugando esencialmente con dos colores —el blanco y el gris oscuro— y donde los tonos claros y oscuros de las secciones creaban una atmósfera limpia que permitía centrar la atención en las piezas.

El primero de los tres bloques estaba dedicado a la presentación de la cultura ibérica a través de una elección de piezas escultóricas de gran calidad, mientras que en el segundo y tercer bloques el discurso se centraba en la influencia del arte ibérico en Picasso. El segundo abarcaba la etapa cubista (1906-1908), mientras que en el último se repasaba su larga relación con figuras humanas como las de los exvotos, inspiración que afloraba periódicamente en la vida creativa del genio.

Se exhibieron 213 obras (incluyendo tres libros). Las ibéricas (93) estaban a la altura de las de Picasso (117) y entraban en un interesante diálogo de juego de espejos con ellas. Entre las primeras había esculturas en piedra y bronce o vasijas de cerámica, que son todo un referente en el mundo ibérico, y se acompañaban de los datos imprescindibles para situar al visitante. Pero a veces su diálogo con las piezas de Picasso era algo forzado, hasta que al final del recorrido desaparecía, y piezas tan excepcionales como el cálato de la arada de Alcorisa, el pithos de los grifos de Carmona o la Diosa de Libisosa allí tenían un sitio, pero sin otra pretensión que la de ser exhibidas.

Un número importante de coleccionistas privados, entidades y una veintena de museos —como el Museo Arqueológico Nacional (Madrid), el Musée du Lovre (París), el Museo Provincial de Jaén, el Museo de Albacete, el Museo Provincial de Arqueología de Alicante (MARQ) o el Museo de Prehistoria de Valencia— cedieron sus fondos para esta muestra. Mención aparte merecen las aportaciones del Musée National Picasso (París) y la Fundación Almines y Bernard Ruiz-Picasso. El catálogo, con una cuidada imagen gráfica, las recoge todas, junto a textos breves introductorios redactados por especialistas. Ha sido coeditado por la Fundación Botín y La Fábrica, bajo la dirección científica de Cécile Godefroy, Hélène Le Meaux y Pierre Rouillard.

El enigma íbero. Arqueología de una civilización (Museo de Arqueología de Cataluña, Barcelona)

En la sede de Barcelona del Museo de Arqueología de Cataluña (MAC) se ha podido ver entre el 28 de mayo de 2021 y el 16 de enero de 2022 —con una gran acogida mediática y buena respuesta de público— otra extensa muestra de producción propia (950 m2), dedicada a la cultura ibérica, El enigma íbero. Arqueología de una civilización, comisariada por David Asensio, Núria Molist, Gabriel de Prado y Carme Rovira.

Transcurridos casi veinticinco años desde la célebre Los íberos. Príncipes de Occidente (París-Barcelona-Bonn), promovida por la Fundación La Caixa junto con los estados español, francés y alemán, para dar a conocer esta cultura a gran escala (Aranegui, 1998), quedaba plenamente justificado que el MAC, el museo que gestiona el principal legado —mueble e inmueble— ibérico de Cataluña (Boya, 2021) y constituye una referencia a nivel estatal, promoviera un proyecto capaz de proporcionar una visión actualizada y global sobre todo el mundo ibérico a partir de las novedades que la investigación aporta incesantemente y que en buena parte se deben a la acción de equipos propios (Asensio et al., 2021).

Para conseguirlo, debería partirse de un discurso riguroso desde el punto de vista científico pero también lo suficientemente atractivo para todo tipo de públicos. Se acabó estructurando de forma dual: con un circuito principal formado por siete ámbitos temáticos —"En busca de los íberos", "El mosaico íbero", "Los primeros íberos", "El tiempo de los príncipes", "Iberia adentro", “Entre Roma y Cartago” y “El fin de un mundo”— que ubicaban la cultura ibérica en el espacio y el tiempo y mostraban sus principales rasgos identitarios, estructura económica y social, así como su implicación en la segunda guerra púnica y la romanización, alternado con un circuito paralelo, formado por siete zooms sobre los retos actuales de la investigación, los llamados “enigmas”, que singularizaban la muestra y le daban nombre. También se añadió un apartado sobre la Ruta de los Íberos en Cataluña y la socialización del patrimonio.

Las cápsulas de los “enigmas” tenían un tratamiento formal diferenciado y se dedicaron a los orígenes de la población a través de la genética, el indescifrable sistema de escritura, el panteón religioso desdibujado, las manifestaciones funerarias, la poco conocida Barcelona ibérica y la huella de Aníbal en Cataluña. A nivel museográfico iban encabezadas por una pregunta y se centraba la atención en un arqueólogo o en una arqueóloga especialista en cada materia que sintetizaba la respuesta en un audiovisual.

La muestra ha reunido cerca de quinientos objetos entre piezas arqueológicas emblemáticas y otras inéditas hasta el momento, cuadros historicistas, libros y facsímiles. El apartado arqueológico abarca piezas de todo el antiguo territorio ibérico (actuales Andalucía, Murcia, Valencia, Aragón, Cataluña y Languedoc) desde el siglo VI hasta el I aC, gracias a una amplia selección de las colecciones del MAC (sedes de Barcelona, Empúries, Girona, Olèrdola y Ullastret) y préstamos de 38 instituciones de ámbito catalán, estatal e internacional.(2) Junto a un amplio repertorio cerámico sobresalían las numerosas evidencias epigráficas, parte de una de las mejores series de exvotos de bronce de los santuarios del sudeste peninsular, esculturas icónicas como el Torso del guerrero de la Alcudia de Elche, la del Guerrero lanceando al enemigo de la necrópolis de El Cerrillo Blanco de Porcuna o el Pilar-estela de los jinetes de Coimbra del Barranco Ancho de Jumilla, bustos del santuario del Cerro de los Santos, las impactantes “cabezas cortadas” del Puig Castellar y de Ullastret, así como el Tesoro de Tivissa.

Además de estas obras emblemáticas, la producción ha destacado por una museografía innovadora a cargo del estudio Pigem/Matamala, complementada con el grafismo de Marta Carreté, y un potente componente audiovisual mayoritariamente producido para la ocasión que consta de una docena de productos en diversos formatos, mappings proyectados sobre estelas, una sala inmersiva dedicada a la ciudad ibérica de Ullastret y la reconstrucción digital del monumento funerario de Cal Posastre (https://www.youtube.com/watch?v=7t69jJK1dWk).

Todo esto ponía al alcance de todos los públicos el conocimiento más actualizado sobre la cultura ibérica con toda su diversidad, bajo una nueva mirada y demostrando que la investigación avanza y da pie a un debate vivo. Para dejar constancia, también se editó un catálogo trilingüe (en catalán, castellano e inglés, como toda la muestra) con textos a cargo de especialistas y una selección de piezas. El amplio programa de actividades llevado a cabo se basó en visitas guiadas y conferencias. Los visitantes (cerca de 25.000) también han contado con una audioguía, accesible mediante códigos QR. http://www.macbarcelona.cat/Exposicions/Historic-exposicions/2021/L-Enigma-Iber.-Arqueologia-d-una-civilitzacio.

150 años con los íberos. 1871-2021 (Museo de Albacete)

La exposición sobre los íberos en el Museo de Albacete la promovió la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, con la colaboración de la Diputación Provincial de Albacete, la Asociación de Amigos del Museo de Albacete, Fundación Globalcaja de Albacete y El Corte Inglés. Comisariada por Rubí Sanz, Lorenzo Abad y Blanca Gamo, estuvo abierta desde el 28 de noviembre de 2021 hasta el 27 de marzo de 2022.

El Museo de Albacete cuenta con una colección de época ibérica de altísima calidad, con piezas de referencia que proceden de yacimientos tan importantes como el santuario del Cerro de los Santos, las necrópolis de Los Villares de Camino de la Cruz o el Toril, o poblados de El Amarejo, Tolmo de Minateda o la Quéjola. Es precisamente el Cerro de los Santos, uno de los primeros yacimientos donde se identificó la cultura ibérica en 1871, donde radica el origen de la muestra, asociada a la conmemoración del 150 aniversario de la edición de la Memoria de las notables excavaciones hechas en el Cerro de los Santos, del sacerdote Carlos Lasalde.

La estatuaria y otros objetos procedentes de este santuario fueron claves para materializar la cultura ibérica, más allá de las fuentes clásicas y de la numismática.

La exposición se organizaba en ocho áreas que definían dos extensos bloques. El primero, con dos áreas, estaba dedicado a la significancia, valoración y contextualización del Cerro de los Santos y su aportación a la protohistoria peninsular a finales del siglo XIX, en un momento inicial de la disciplina arqueológica. En el segundo bloque, que ocupaba la mayor parte del espacio y se desplegaba en seis ámbitos, el protagonismo se cedía a la presentación de los íberos del área murciana y su entorno.

A nivel museográfico, los dos bloques mencionados estaban resueltos de diferente forma, ya que mientras que en el primero el peso discursivo recaía en la información gráfica y textual recuperada de archivos y antiguas publicaciones, complementada con algunas piezas del Cerro y una reproducción de la Dama de Elche, en el segundo las piezas centraban la atención del visitante. Unos objetos, vale la pena remarcarlo, excepcionales, especialmente las vasijas cerámicas, con un repertorio formal y decorativo característico de los pueblos íberos contestanos, bastetanos y oretanos.

El espacio expositivo condicionaba el diseño y el recorrido en una muestra austera, en la que se alternaban vitrinas individuales y unos pocos paneles, con un discurso difícil de captar, ya que los ambientes estaban poco diferenciados. Asimismo, los medios digitales se limitaban a la proyección de conferencias de reconocidos especialistas en el mundo ibérico. Los comisarios, más que aportar gran volumen de información, optaban por la simplificación visual, donde el visitante es interpelado a comparar, a jugar, con la coroplastia y la iconografía. En esa misma línea se proponían algunos elementos didácticos que facilitaban la compresión de algunos objetos.

En definitiva, una exposición relevante en cuanto a la puesta en valor del Cerro de los Santos y del descubrimiento de la cultura ibérica, así como de la riqueza arqueológica de esta área de la península Ibérica, que se ha complementado con un ciclo de doce conferencias a cargo de iberistas de primer nivel y un extenso catálogo que recoge cerca de sesenta artículos para profundizar en multitud de temáticas relacionadas con la investigación inicial sobre los íberos y la repercusión en el conocimiento de su territorio, la sociedad, el hábitat, la religiosidad, las necrópolis, etcétera. Es accesible en internet y también existe la posibilidad de realizar una visita virtual a la exposición, descargar los materiales didácticos y acceder a una galería de imágenes online (https://cultura.castillalamancha.es/museos/exposiciones-temporales/150-anos-con-los-iberos-1871-2021).

El guerrero íbero y el juego (Museo Arqueológico y de Historia de Elche Alejandro Ramos Folqués - MAHE)

El guerrero íbero y el juego estuvo abierta al público entre el 18 de mayo y el 30 de septiembre de 2021. El enfoque divulgativo y lúdico de esta producción de 285 m², con un centenar de piezas aportadas por seis entidades (el propio museo organizador, el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Arqueológico de Linares, el Vilamuseu - Museo Arqueológico Municipal de Villajoyosa, el Museo Arqueológico de Jumilla Jerónimo Molina y el Museo de Arte Ibérico de El Cigarralejo) la ha convertido en la exposición más frecuentada (7.507 visitantes) de los últimos diez años en el MAHE.

Los comisarios, Raimon Graells y Miguel F. Pérez Blasco, han querido poner el foco en la práctica de juegos de estrategia y de azar entre las élites guerreras íberas, pero también hacer una retrospectiva del tema en el mundo clásico y rastrear los paralelos en culturas de la edad del hierro, como etruscos o celtas. A cada uno de estos temas se le asigna un ámbito, mientras que el cuarto y último corresponde a la romanización y a las transformaciones, que también llegan al juego cuando ya no se restringen a los guerreros.

De los juegos estrechamente asociados a la identidad masculina y a los segmentos militares ibéricos quedan pequeñas evidencias (fichas, astrágalos y dados), como las que acabaron formando parte de algunos conjuntos funerarios destacados del sudeste peninsular, en las necrópolis del Poblado de Coímbra del Barranco Ancho (Jumilla) o de El Cigarralejo (Mula), que son algunos de los principales atractivos de la muestra.

Esta exposición también se ha materializado en una monografía bilingüe (castellano, valenciano), El guerrero íbero y el juego. Estrategia, azar y estatus, que sigue su estructura argumental y reúne trece artículos escritos por especialistas en 127 páginas. Además, las intervenciones de los investigadores que participaron en el seminario científico en streaming “Warriors at play” se encuentran online (https://www.youtube.com/channel/UCMjmEIbwvhgIxLDu9CIMiLw), de modo que todo este conocimiento reunido en la exposición puede perdurar.

Exvotos íberos. Paisajes sagrados, peregrinaciones y ritos (Museo Íbero, Jaén)

La organización de esta exposición ha corrido a cargo de la Universidad de Jaén (UJA) y la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía. En la concepción y el desarrollo han participado, por parte de la Universidad de Jaén, el Vicerrectorado de Proyección de la Cultura y el Deporte, el Instituto de Arqueología Ibérica, la Unidad de Cultura Científica y el Grupo de Investigación del Patrimonio Arqueológico de Jaén (GIPAJ); el Museo Arqueológico Nacional; el Ministerio de Fomento, y el proyecto colaborativo Pastwoman.

La exposición y el catálogo —comisariados y coordinados por Carmen Rueda, Ana B. Herranz y Juan P. Bellón— se han dedicado a la memoria de Pilar Palazón, una figura primordial en la divulgación de la cultura ibérica jaenesa, a través de la fundación en 1998 de la Asociación de Amigos de los Íberos, que presidió hasta su muerte en abril de 2020. Desde esta plataforma, batalló incansablemente durante muchos años por la creación en Jaén de un gran museo dedicado a la cultura íbera, que se inauguró en 2017, aunque de forma incompleta.

La muestra contaba con dos espacios expositivos en la misma ciudad de Jaén, muy cercanos entre ellos, el más extenso en la primera planta del Museo Íbero —que ocupaba una superficie de unos 100 m2— y el otro, de menor tamaño, en el espacio "Obra invitada" de la Antigua Escuela de Magisterio (Universidad de Jaén), de unos 25 m2. Se inauguró el 18 de mayo de 2021, coincidiendo con el Día Internacional de los Museos, y ha sido prorrogada en 2022.

En el Museo Íbero se visita el núcleo principal, que se concibe con el objetivo de presentar los resultados de la investigación arqueológica más actual, desarrollada por organismos y entidades de la organización. Se ha centrado en el estudio de los paisajes rituales, las peregrinaciones y los materiales implicados en el culto. En este sentido, es especialmente relevante por las novedades aportadas por el reciente hallazgo y estudio del santuario de Haza del Rayo (Sabiote, Jaén), en el marco del paisaje y el territorio político de la ciudad ibérica de Cástulo (Linares, Jáen).

A nivel museográfico, la exposición se sitúa en una única sala, con la información principal dispuesta en paneles distribuidos de forma lineal. Se estructura en dos ámbitos, diferenciados por el cromatismo del fondo de los paneles. En el primero, que podría considerarse de carácter introductorio, se explica, entre otras cuestiones, la visión del mundo que habrían tenido las sociedades íberas, qué son los exvotos de bronce y qué rituales representan. Asimismo, se define el paisaje ritual en torno a la ciudad de Cástulo y los tipos de santuarios en el territorio. El segundo ámbito está centrado en mostrar los resultados de la investigación multidisciplinar vinculada al santuario de Haza del Rayo, que ha supuesto un descubrimiento excepcional al caracterizar una nueva tipología de espacio cultural y simbólico que acentúa la complejidad que ya se intuía en la distribución del paisaje ritual en torno a la ciudad de Cástulo.

Por último, cabe señalar que un catálogo de altísima calidad científica y cuidadosa edición, en tapa dura, coordinado y editado por los propios comisarios de la muestra, presenta una recopilación de artículos que amplían sus contenidos y que como complemento, en la Antigua Escuela de Magisterio (UJA), también se ha presentado una pequeña selección de exvotos de bronce procedentes de la amplia colección del Museo Arqueológico Nacional.

La ciudad fortificada ibérica: el oppidum (Museo Íbero, Jaén)

Esta muestra, inaugurada el 29 de diciembre de 2021, todavía se encuentra emplazada en la sala de exposiciones de la planta baja del Museo Íbero. Ocupa una superficie de 425 m2 y se concibe como una primera fase o anticipación del montaje de la futura exposición permanente. Por este motivo, fue comisariada por Concepción Choclán, directora del museo. El objetivo principal es explicar la cultura ibérica a partir del poblado fortificado (conocido como oppidum en el ámbito latino), que puede considerarse la unidad nuclear de esta cultura, y, a partir de ahí, desarrollar todo lo que orbita en torno a este espacio urbano central.

Se trata de una instalación semipermanente en la que se exhiben 552 objetos de la colección del Museo Íbero, correspondientes exclusivamente al fondo de la Junta de Andalucía. La mayoría de los objetos proceden de actuaciones desarrolladas en algunos de los numerosos yacimientos arqueológicos de este período que se conocen en la provincia de Jaén: Puente Tablas (Jaén), Giribaile (Vilches), Los Turruñuelos-Baécula (Santo Tomé), etcétera.

La propuesta está estructurada en seis ámbitos, presentados a través de una museografía efectista y contemporánea, obra de J. P. Rodríguez Frade y Vélera Diseño, precedidos de un espacio introductorio donde se ubica y se contextualiza el oppidum, así como la cultura ibérica, en el espacio y el tiempo. Destaca un audiovisual, proyectado en una gran pantalla curvada, que está concebido para acoger sentados pequeños grupos o familias.

Esta presentación precede a los dos primeros apartados: “Poblados primigenios, tiempos remotos” y “La construcción del oppidum”, que esbozan y definen, respectivamente, el período inmediatamente anterior al desarrollo de la cultura ibérica y el proceso de cambios que precipitan la aparición de los hábitats fortificados. El tercer apartado, "Sacralización del oppidum y su territorio", explora la religiosidad y la esfera ritual a través de los santuarios urbanos y de los espacios sagrados extramuros existentes en el territorio. Los siguientes, "El espacio urbano del oppidum" presenta, en un primer término, la unidad del hábitat ejemplificada por la casa, como hogar, pero también como lugar de trabajo, así como el palacio entendido como residencia del príncipe o caudillo, mientras que en otro ámbito, titulado “Más allá del oppidum”, se nos acerca a la realidad de la explotación y control del territorio de los oppida, donde además tienen cabida las necrópolis, entendidas en este caso como "residencias" de los ancestros.

El último apartado, “Nuevos tiempos: Cartago y Roma”, aborda el trasiego que supuso la segunda guerra púnica y las consecuencias de la derrota cartaginesa, con la disolución de la cultura ibérica y la implementación de la civilización romana en Hispania. Tiene un papel relevante la Batalla de Baecula, un episodio bélico ocurrido en el 208 aC, cuya investigación se ha convertido en un modelo para abordar este tipo de estudios. También, finalmente y como adenda, existe un panel que valoriza la investigación científica como fuente de conocimiento de la historia de los íberos.

El catálogo de la exposición, editado por Concepción Choclán, es una compilación de artículos redactados por investigadores de primer nivel vinculados, en su mayoría, al Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén. Se abordan temáticas directamente relacionadas con el objeto de la exposición o derivadas de esta, utilizando un lenguaje y una composición de alta divulgación. Al final del libro, se recoge una bibliografía general y el catálogo de todos los objetos, en algunos casos agrupados por tipología o procedencia.

Iconografia animal en el imaginario funerario íbero (Museo Íbero, Jaén)

Esta propuesta, emplazada en una parte del vestíbulo del Museo Íbero (ocupando una superficie de unos 250 m²) y desarrollada en colaboración con el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba y el Museo de Jaén, constituye una especie de antesala exposición La ciudad fortificada ibérica: el oppidum, tanto a nivel material como simbólico y conceptual. También ha sido comisariada por Concepción Choclán, y se inauguró juntamente con su otra exposición el 29 de diciembre de 2021.

La temática en torno a la que gira es la presencia de figuras escultóricas zoomorfas en las necrópolis que, a su vez, constituyen elementos de una fuerte presencia simbólica en el paisaje territorial de los oppida.

Así, con una escenografía extremadamente sencilla, se distribuyen por el espacio una selección de doce obras procedentes de los museos organizadores, antes mencionados, con la representación de tres toros, seis leones, dos ciervos y un herbívoro.

En los escasos y concisos textos asociados, se destaca el hecho de que actualmente vemos estas esculturas despojadas de su policromía original, aunque tenemos la certeza de que en su contexto original presentaban una diversidad de color extraordinaria que debía impactar a aquellos que las contemplaban.

Arqueología de un icono. El guerrero de Moixent en el tiempo (Diputación de Valencia)

El Palacio del Marqués de la Scala, sede de la Diputación de Valencia, ha sido el espacio que ha acogido la muestra organizada por la Oficina Técnica de Restauración, Investigación y Difusión del Patrimonio Artístico del Museo de Prehistoria de Valencia dedicada al icónico Guerrero de Moixent. Comisariada por Jaime Vives-Ferrándiz, ha estado abierta del 7 de octubre de 2021 al 9 de enero de 2022, y ha recibido 5.786 visitantes. Este jinete, de siete centímetros de altura, en bronce, se encontró en julio de 1931 en el poblado ibérico de la Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia), uno de los más destacados asentamientos ibéricos peninsulares.

Noventa años después, la pequeña figura de bronce se ha convertido en todo un emblema del mundo ibérico levantino, y se repasan diferentes aspectos a su alrededor, que ocupan tres espacios.

El primero, a modo de introducción, contaba con un gran panel con un dibujo del guerrero a tamaño natural que daba la bienvenida y contextualizaba el momento histórico del descubrimiento y sistematización de la cultura ibérica, simbolizada por una réplica de la Dama de Elche, hecha por el escultor valenciano Ignasi Pinazo en 1908 en el Musée du Louvre.

Las excavaciones en la Bastida de les Alcusses y la aparición de la figurita ocupaban la siguiente sala, así como otras piezas de las antiguas intervenciones arqueológicas llevadas a cabo por el Museo de Prehistoria de Valencia entre los años 1928 y 1931, enmarcadas por potentes imágenes de archivo.

La tercera sala acogía el bloque principal con la pieza original (es todo un reto de diseño, destacar una pieza tan pequeña), y a partir de aquí y del panel que la encuadraba se ponía la atención en diferentes aspectos técnicos, formales, sociales e iconográficos, como el proceso metalúrgico de elaboración del objeto, los detalles formales —como el casco con gran penacho—, los arneses del caballo o el conjunto de armas ofensivas y defensivas, la representación y la significancia del caballero y su panoplia en la sociedad y su plasmación en el arte y la cerámica ibéricos.

Cerraba el recorrido el ámbito dedicado a la configuración del icono a partir de los años setenta y sus usos y apropiaciones por parte de la sociedad valenciana, que muestran la interrelación entre pasado y presente. Se ha convertido en el logotipo del Museo de Prehistoria de Valencia, muñeco fallero y el símbolo del propio pueblo de Moixent. En el último ámbito, se acercaba a través de elementos didácticos reforzados por cuatro audiovisuales interactivos diseñados para escolares y público familiar.

En definitiva, es una pequeña exposición de unos 250 m2 muy bien resuelta, efectista en cuanto a museografía, donde se ha jugado con grandes paneles y abundante imagen gráfica de proporciones importantes y pocas piezas (44), las imprescindibles para dar el contrapunto a la central, el Guerrero de Moixent. El diseño es obra de MacDiego, y cabe destacar también el colorista cartel obra de Cento Yuste, que ejemplifica perfectamente la traslación a la actualidad de una imagen de 2.400 años de antigüedad.

Entre el 28 de junio y el 25 de septiembre de 2022 se ha podido ver una adaptación del montaje en el pueblo de Moixent, y el catálogo, del que son autores Jaime Vives-Ferrándiz, Laura Fortea y Eva Ripollès, se ha presentado en el Museo de Prehistoria de Valencia.

Las edades de las mujeres íberas (Museo Arqueológico y de Historia de Elche Alejandro Ramos Folques - MAHE)

El MAHE ha querido sumarse a las conmemoraciones por el descubrimiento de la Dama de Elche, entre el 6 de julio y el 6 de noviembre de 2022, con una adaptación de Las edades de las mujeres íberas, que empezó la itinerancia en el año 2016 gracias a la colaboración entre el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén y el Museo de Jaén.

Son comisarias las investigadoras Carmen Rísquez, Carmen Rueda, Ana B. Herranz, Francisca Hornos y Antonia García, especialistas en arqueología con perspectiva de género, y la crearon en el marco de un proyecto de investigación, con el objetivo de divulgar la arqueología ibérica desde la óptica de la mujer y en clave reivindicativa.

El contenido desgrana las fases del ciclo vital femenino: desde la niñez y la pubertad hasta la edad adulta y la muerte, centrándose en la relación activa de la mujer con la sacralidad y la ritualidad. Se analiza tanto su imagen en cada etapa como los procesos de legitimación política inferidos del estudio de santuarios y contextos funerarios. La figura femenina de alto rango recibe especial atención, a partir de exvotos y de los dos mejores ejemplos escultóricos: las damas de Baza y de Elche. De la última, emblema de la cultura ibérica, se explica exhaustivamente el contexto histórico de su hallazgo en Alcudia, en 1897.

Se trata de una propuesta formalmente austera, con un importante componente gráfico diseñado por María José López Tabernero y Ana B. Herranz, asociado a piezas arqueológicas del Museo Arqueológico de Murcia y del propio MAHE. También incorpora una reproducción de la Dama de Elche, ante la imposibilidad de contar con la auténtica, conservada en el MAN de Madrid, y un creativo audiovisual donde varias mujeres actuales rememoran la gestualidad ritual de los exvotos femeninos localizados en los santuarios del sudeste peninsular. En el conjunto de actividades planteadas destacan los talleres didácticos, las visitas guiadas y las teatralizadas.

3. Reflexiones finales

Las instituciones museísticas y los centros culturales mundiales se han visto afectados por la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 desde 2020. La recuperación de una cierta “normalidad” ha facilitado el retorno de las ofertas presenciales y el resurgimiento de las exposiciones temporales como las dedicadas a la arqueología, que, entre 2021 y 2022, en España se han centrado especialmente en la cultura ibérica.

Aunque lejos de experiencias multitudinarias como la que representó en Íberos. Príncipes de Occidente, los íberos han vuelto a las salas con un atractivo renovado y propuestas diversas tanto desde el punto de vista del contenido como de la formalización. Cabe recordar que el 2021 también ha sido un año repleto de conmemoraciones vinculadas a hallazgos de obras emblemáticas: el 150 aniversario de las esculturas del santuario del Cerro de los Santos (Albacete), el 50 de la Dama de Baza (Cerro del Santuario, Granada), el 90 del Guerrero de la Bastida (Moixent, Valencia) o el 40 del pilar-estela de la necrópolis del Barranco Ancho (Jumilla, Murcia), pero únicamente el Museo de Albacete y la Diputación de Valencia han optado por producir exposiciones temporales de entidad en torno a las correspondiente efemérides. Mientras, la pretensión del Ayuntamiento de Elche de celebrar los 125 años de la aparición de la celebérrima Dama en Alcudia durante el 2022 ha tenido que reconfigurarse, en medio de una fuerte polémica por la imposibilidad de trasladar la efigie original desde el MAN de Madrid.

Si bien todas las muestras presentadas se han centrado en destacar la importancia de la cultura ibérica y su contexto histórico en la segunda mitad del primer milenio aC, la mayoría lo han hecho esencialmente desde un punto de vista sectorial, igualmente muy interesante, como puede ser el de la religiosidad, el juego, la guerra, la dimensión artística y la sociológica. Únicamente la propuesta del MAC lo ha abordado extensamente, de forma holística y no solo a partir de certezas, sino también poniendo de relieve que la cultura ibérica todavía no se conoce bien y que las incógnitas estimulan la investigación.

En conjunto, las propuestas descritas, independientemente de sus variables —dimensiones (de 250 a 1.300 m2), nivel de inversión, tratamiento museográfico, número de piezas incluidas, duración, etcétera—, demuestran la complejidad de la sociedad ibérica y su heterogeneidad, quizás también porque son iniciativas que han surgido mayoritariamente desde museos y grupos de investigación de diversas áreas del antiguo territorio íbero. En bastantes discursos se ha integrado la perspectiva de género, y también destacamos los interesantes puntos de contacto con el mundo contemporáneo puestos de relieve en Santander y en Valencia.

Cabe remarcar que para materializar dichos proyectos ha sido decisiva la buena disposición de los museos que ostentan los principales fondos ibéricos. Cerca de cien instituciones se han puesto de acuerdo para colaborar entre sí, ceder importantes obras de sus permanentes y promocionar otras muy interesantes que suelen quedarse en las reservas. El Musée du Louvre, el MAN, el MUPREVA, el MARQ, el Museo de Jaén, el Museo Íbero y el Museo de Murcia han contribuido de forma repetida a este intercambio, que ha permitido apreciar de cerca y en diálogo en diferentes ciudades piezas que habitualmente se encuentran alejadas y dispersas entre colecciones del estado español y el francés. El público, entendido o no, ha valorado la oportunidad única de tener estos conjuntos al alcance, descubrir sus detalles directamente y hacer una lectura personal. El esfuerzo que implica trasladar estos objetos (y en ocasiones también restaurarlos expresamente) se traduce en un capítulo económico importante para las instituciones promotoras, pero está justificado por haber conseguido divulgar la cultura ibérica desde nuevas perspectivas y a gran escala. Han contribuido también las actividades, como visitas guiadas, talleres y recursos online.

Por lo que respecta al aspecto museográfico, todas las muestras manifiestan un buen nivel de diseño y de producción, con inversiones muy desiguales, según la capacidad de cada entidad organizadora. Esto era más evidente en el apartado audiovisual y especialmente en los recursos tecnológicos más innovadores, que —a excepción de la propuesta del MAC, donde predominaban, y le daban una dimensión especial— han sido escasos.

Por último, querríamos valorar positivamente que estas experiencias efímeras pero extraordinarias hayan generado catálogos, materiales didácticos y otros contenidos, que a menudo también se pueden encontrar online, y que algunas, como las de Jaén, hayan incluido apartados dedicados a señalar el daño causado por las intervenciones clandestinas que expolian nuestro patrimonio arqueológico de manera irreparable y que, por ahora, siguen afectando al legado de la cultura ibérica.

Notas


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Agradecemos a Begoña Guerrica-Echevarria y Manuel Diego su aportación de información.

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Agradecemos a Begoña Guerrica-Echevarria y Manuel Diego su aportación de información.

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Ayuntamiento de Sant Martí Sarroca, Museo del Castillo de Peralada, Centro de Interpretación Camp de les Lloses, Colección Duran Vall-Llosera, Diputación de Valencia, Diputación Provincial de Jaén, Fundación Privada Catalana para la Arqueología Ibérica, Fundación Universitaria La Alcudia, Museo Arqueológico Municipal Jerónimo Molina (Jumilla), Museo Arqueológico Nacional, Museo Arqueológico Provincial de Alicante - MARQ, Museo Arqueológico de Murcia, Museo de Arte Ibérico Cigarralejo, Museo Íbero (Jaén), Museo de Jaén, Museo Arqueológico de Murcia Artesa de Lleida, Museo Arqueológico de El Vendrell, Museo Arqueológico Municipal Camil Visedo Moltó (Alcoy), Museo de Arte de Girona, Museo de Historia de Sabadell, Museo de Granollers, Museos de L'Escala, Museo Diocesano y Comarcal de Solsona, Museo Municipal de Villajoyosa - Vilamuseu, Museo de Lleida, Museo de Prehistoria de Valencia, Museo de las Tierras del Ebro, Museo y Poblado Ibérico de Ca n'Oliver, Museo Nacional Arqueológico de Tarragona, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Museo Torre Balldovina, Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, Dirección General del Patrimonio Cultural - Generalitat de Catalunya, Site archéologique et musée d’Ensérune - Centre des monuments nationaux (Francia), Universidad de Barcelona.

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Ayuntamiento de Sant Martí Sarroca, Museo del Castillo de Peralada, Centro de Interpretación Camp de les Lloses, Colección Duran Vall-Llosera, Diputación de Valencia, Diputación Provincial de Jaén, Fundación Privada Catalana para la Arqueología Ibérica, Fundación Universitaria La Alcudia, Museo Arqueológico Municipal Jerónimo Molina (Jumilla), Museo Arqueológico Nacional, Museo Arqueológico Provincial de Alicante - MARQ, Museo Arqueológico de Murcia, Museo de Arte Ibérico Cigarralejo, Museo Íbero (Jaén), Museo de Jaén, Museo Arqueológico de Murcia Artesa de Lleida, Museo Arqueológico de El Vendrell, Museo Arqueológico Municipal Camil Visedo Moltó (Alcoy), Museo de Arte de Girona, Museo de Historia de Sabadell, Museo de Granollers, Museos de L'Escala, Museo Diocesano y Comarcal de Solsona, Museo Municipal de Villajoyosa - Vilamuseu, Museo de Lleida, Museo de Prehistoria de Valencia, Museo de las Tierras del Ebro, Museo y Poblado Ibérico de Ca n'Oliver, Museo Nacional Arqueológico de Tarragona, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Museo Torre Balldovina, Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, Dirección General del Patrimonio Cultural - Generalitat de Catalunya, Site archéologique et musée d’Ensérune - Centre des monuments nationaux (Francia), Universidad de Barcelona.

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